“Los bosques de olivar mediterráneos son una joya en términos de adaptación al clima, de fijación de carbono y de aprovechamiento sostenible de los recursos”, subrayó Cano, que también es vicepresidente del grupo de trabajo de Aceite de Oliva del Copa-Cogeca.
UPA defiende que tanto la Política Agraria Común (PAC) como las estrategias “De la Granja a la Mesa” y de biodiversidad deben reconocer el papel fundamental del olivar tradicional y protegerlo con medidas y apoyos específicos. “Los eco-esquemas aparecen como una figura que deberá premiar a los productores tradicionales de aceite”, consideró.
A su juicio, es fundamental que se garanticen unos precios justos para el olivar tradicional, teniendo en cuenta la importancia económica y social de un cultivo “que es la base de la vida de los pueblos en todas las zonas productoras del Mediterráneo”.
La transición ecológica del olivar es un asunto clave para UPA, que ha trabajado sobre ello gracias al proyecto InfoAdapta-Agri, para asesorar a los productores y ayudarles a adaptarse al cambio climático. Para la organización, también es necesario llevar a cabo proyectos de investigación y de mejora, poniendo especial atención en los recursos hídricos, la salud de los suelos y los procesos productivos.
En su opinión, también es fundamental lograr alianzas con toda la cadena agroalimentaria para poner en valor e incrementar el consumo de “la mejor grasa vegetal según los nutricionistas”. En este sentido, UPA se ha referido al aceite de oliva de olivar tradicional que ha puesto recientemente a la venta con la colaboración de Lidl y Migasa, “la prueba clara de que con entendimiento y apostando por un producto de la máxima calidad el olivar tradicional tiene mucho futuro”.