Celebramos un nuevo Día Mundial del Olivo, una jornada en la que debemos felicitar una vez más a todo el sector olivarero por su esfuerzo, dedicación y constante afán de superación.
Echando la vista atrás, observamos la extraordinaria evolución que ha tenido este sector durante los últimos años. La mejora en el manejo de las explotaciones, una decidida apuesta por reforzar la calidad de las producciones, una comercialización cada vez más fuerte y un incesante trabajo en el ámbito de la investigación y la promoción, han sido elementos clave que han contribuido a mejorar el posicionamiento de nuestro sector. La Fundación Patrimonio Comunal Olivarero ha sido parte de esta evolución y lo quiere seguir siendo.
Entramos ahora en una nueva era. La digitalización y las nuevas tecnologías, la sostenibilidad en su sentido más amplio, la calidad y la autenticidad de nuestras producciones, así como la transparencia e información que se brinde al consumidor, serán aspectos que tomarán un protagonismo especial. El sector deberá realizar un gran esfuerzo para adaptarse a estos nuevos cambios, si bien cuenta con unas características propias que se presentan como una oportunidad y será necesario saber aprovechar.
Y es que estamos hablando de un cultivo que ya per sé juega un papel imprescindible en el cuidado del medio ambiente, en el fomento de la biodiversidad, en la sostenibilidad económica de nuestros pueblos, y del cual se obtiene, además, una de las joyas más preciadas de nuestra gastronomía, el aceite de oliva.
Todavía hoy nos encontramos con un consumidor que desconoce todo lo que hay detrás de nuestro sector y de nuestro producto. ¡Enseñémoselo!
Desde nuestra Fundación siempre hemos considerado que el binomio aceite y salud debía ser uno de los ejes estratégicos sobre el que había que trabajar, y una de las principales fórmulas para que el aceite de oliva estuviera cada vez más presente en las cocinas de todo el mundo. Es por ello que realizamos desde hace años una apuesta decidida por el apoyo a proyectos de investigación médica, donde nuestro producto fuera protagonista. Claros ejemplos de ello han sido los estudios PREDIMED y PREDIMED-Plus, cuya repercusión está siendo extraordinaria; el estudio CORDIOPREV, analizando los efectos beneficiosos de las dietas saludables en las enfermedades cardiovasculares, o el estudio sobre los efectos del consumo de aceite de oliva en la prevención y lucha contra el cáncer de mama llevado a cabo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Asimismo, estamos convencidos del importante papel que podrá ejercer nuestra Fundación en materia de calidad y transparencia. Trabajamos en proyectos que buscan avanzar más en estos dos ámbitos, ya que el consumidor es cada vez es más exigente y debemos darle respuesta.
Qué duda cabe que nuestra apuesta por la divulgación, la formación académica y la puesta en valor del producto seguirán siendo actuaciones en las que centraremos también nuestros esfuerzos.
En un día como hoy, merece la pena reflexionar sobre todo lo que hemos conseguido hasta ahora y el gran potencial que tenemos para abordar los retos del futuro. ¡Feliz Día Mundial del Olivo!
