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Cultura del AOVE: radiografía general

Cultura del AOVE: radiografía general

Joseph R. Profaci
Director ejecutivo de la North American Olive Oil Association (NAOOA)

Al promover la cultura del aceite de oliva virgen extra, hay que tener en cuenta que primero fue la cultura del aceite de oliva. Ningún alimento tiene una historia tan rica que contar como el aceite de oliva, con sus antiguos vínculos con la religión, la mitología, la historia, el comercio, la cocina, la expresión artística, la sostenibilidad y la salud. La cultura del AOVE agrega elementos adicionales de romance y matices, desde su mínimo procesamiento y sabores sublimes hasta historias de cosechas minuciosas, variedades, producción, árboles patrimoniales, etc.

La investigación ha demostrado que contar la historia del aceite de oliva permite que los consumidores diferencien los distintos tipos de aceites de oliva y aumenten su percepción y valor respecto a otros aceites vegetales. La NAOOA creó recientemente una sección que reconocerá y ayudará a promover los AOVEs de calidad de sus miembros. Explicar cómo estos productores han perfeccionado su trabajo facilitará la educación de los consumidores sobre lo que es necesario para elaborar un buen aceite.

Pero cuando las empresas promueven el virgen extra robando la historia de todo el aceite de oliva, es erróneo y autodestructivo. Por ejemplo, el fundador de Kosterina, una marca estadounidense cuyos productos se comercializan a un precio de aproximadamente 70 dólares el litro, aseguró recientemente en una entrevista que “el producto que encuentras en los pasillos de tu supermercado es realmente inaceptable desde el punto de vista del sabor y la salud”.

Esto es incorrecto. Si bien algunos aceites de oliva pueden ser más saludables que otros, todos los aceites de oliva son saludables. Además, millones de consumidores disfrutan del sabor de los aceites que compran en el supermercado. Además, es contraproducente: todos los aceites de oliva son más saludables y saben mejor que los de la competencia, es decir, los aceites de semillas, que representan el 80% de las ventas en volumen en EEUU.

Al promover la cultura del aceite de oliva virgen extra, será mejor para la industria que nos enfoquemos en los atributos positivos aplicables -aunque en diversos grados- a toda la categoría, como la salud, el sabor, el procesamiento mínimo y la sostenibilidad. Cualquier comparación negativa debe dirigirse a los aceites de la competencia que, en algunos casos, carecen por completo de estos mismos atributos.

Los fanáticos del virgen extra pueden sentirse decepcionados al conocer que un estudio realizado por la NAOOA constató que entre los nuevos consumidores que compraron aceite de oliva por primera vez en los últimos cinco años, alrededor de un tercio se inició con aceites de oliva suaves. Esto es comprensible, porque son más asequibles en precio y cercanos en sabor a los aceites que habían estado utilizando anteriormente.

Pero esto también supone una victoria para el segmento del virgen extra. Con el tiempo, los nuevos consumidores aprenderán a seleccionar los tipos de aceites de oliva que se adapten a su paladar y a su presupuesto, y eventualmente almacenarán más de un aceite de oliva en sus despensas. La investigación lo confirma: un tercio de los consumidores en el estudio asegura que ya se “han graduado” en virgen extra. Es posible que los nuevos consumidores no sean “extravirgineers” hoy, pero sí lo serán el día de mañana.

En definitiva, la difusión de la cultura del virgen extra debe ir de la mano de la promoción de todas las categorías de aceite de oliva. Cuando se promueve el virgen extra de manera conjunta y veraz, todos se beneficiarán, y no más que aquellos consumidores que buscan mejorar su salud y su cocina.