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La Universidad de Yale creará el Instituto de Ciencias del Olivo y Salud

La Universidad de Yale creará el Instituto de Ciencias del Olivo y Salud

jueves 22 de septiembre de 2022, 12:30h

Tassos C. Kyriakides, catedrático de la Escuela de Salud Pública de Yale, junto a su colega Vasilis Vasiliou, jefe del Departamento de Ciencias de Salud Ambiental de esta Escuela, están trabajando para poner en marcha el Instituto de Ciencias del Olivo y Salud de Yale el próximo año.

Este instituto se dedicará al estudio científico del olivo, sus productos y sus derivados, y la forma de integrar aún más su fruto y sus productos en la alimentación de las personas. También se centrará en cuestiones de salud planetaria, incluida la sostenibilidad, los modelos de economía circular y el cambio climático. Se espera que el instituto sirva como un centro global que facilite la investigación en todas las áreas relacionadas con el olivo y sus productos.

“Es imperativo que pensemos en la necesidad global de prácticas sostenibles que beneficien tanto la salud humana como la del planeta. El instituto propuesto servirá como un espacio de encuentro para actividades y asociaciones hacia ese objetivo”, subrayó Kyriakides en el marco del 4º Simposio Internacional de Yale sobre Aceite de Oliva y Salud, que se celebró en Roma del 15 al 18 de septiembre y cuyo programa reunió a un destacado grupo de expertos internacionales en esta materia.

“Se trata de un alimento delicioso, natural y saludablemente nutritivo”, recalcó Kyriakides, al tiempo que consideró que “el olivo y el aceite de oliva llevan uniendo a las personas desde hace miles de años; y como profesionales de la salud pública es nuestra tarea mantener y salvaguardar este cultivo y sus numerosos efectos positivos para la salud humana y planetaria. El olivo puede servir como vehículo en nuestra búsqueda de prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el planeta”.

Este experto subrayó que la evidencia acumulada durante las últimas seis décadas muestra que el aceite de oliva promueve una buena salud y según precisó la ingesta diaria de 20 gramos de aceite de oliva (unas dos cucharadas) contiene un polifenol (al menos 5 mg. de hidroxitirosol y sus derivados) que ayuda a proteger los lípidos sanguíneos del estrés oxidativo. Además, remarcó que este hallazgo ha sido apoyado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés); mientras que la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también respalda que el consumo de ácido oleico (el componente principal del aceite de oliva) puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria.

Simposio Internacional de Yale sobre Aceite de Oliva y Salud

Organizado por la Escuela de Salud Pública de Yale, la Universidad de Roma Tor Vergata y la Universidad de Bari Aldo Moro, este simposium abordó diversos temas centrados en el cultivo del olivo y en el futuro del aceite de oliva en lo que respecta a la salud humana y planetaria.

"Estamos en la ciudad eterna presentando un programa increíble en el que participan profesionales que son tan apasionados por el aceite de oliva como nosotros", señaló Vasilis Vasiliou que junto a Tassos C. Kyriakides han sido los impulsores de este encuentro.

El comité organizador también estuvo integrado por Laura Di Renzo, directora de la Escuela de Especialización en Ciencias Dietéticas de la Universidad de Roma Tor Vergata; Alessandro Leone, profesor de Maquinaria y Sistemas para la Industrias Agroalimentaria de la Universidad de Bari Aldo Moro; y Francesca Rocchi, de Slow Food Roma.

Di Renzo centró la atención en el papel de los aceites de oliva vírgenes extra de alta calidad en la prevención de enfermedades degenerativas crónicas no transmisibles y los beneficios para la salud de una Dieta Mediterránea sostenible. Estas enfermedades incluyen la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad renal crónica, las enfermedades inflamatorias del intestino, la artritis reumatoide, las enfermedades respiratorias crónicas y muchos tipos de cáncer.

“La nutrición saludable y personalizada, las moléculas bioactivas y la microbiota juegan un papel importante en la prevención y el manejo de estas enfermedades”, apuntó Di Renzo, quien subrayó el papel de la Dieta Mediterránea sostenible en la prevención y el tratamiento de estas enfermedades, incluidos los efectos antioxidantes y antiinflamatorios del AOVE.

Di Renzo formuló un nuevo acrónimo: “los componentes P4 (Pre/Pro/Post-biótico y polifenoles del AOVE), como nutrientes funcionales para el bienestar y la belleza”. Durante la conferencia también se destacó un nuevo procedimiento para la evaluación del proceso de análisis de nutrientes, peligros y puntos críticos de control (NACCP), para la gestión de la calidad total (TMQ) y los niveles nutricionales óptimos de AOVE.

Este experto, junto con los profesores Paola Gualtieri y Antonino de Lorenzo, explicó que el proceso NACCP se basa en cuatro principios generales: garantizar el mantenimiento de la salud; evaluar y asegurar la calidad nutricional de los alimentos y TMQ; dar información correcta a los consumidores; y asegurar un beneficio ético.

Asimismo, en la jornada se presentaron nueve acciones específicas para la aplicación de NACCP y promoción del AOVE: identificar marcadores nutricionales, que deben permanecer intactos a lo largo de la cadena de suministro de los alimentos; fijar puntos críticos de control, que deben ser monitoreados para minimizar la probabilidad de una reducción en la calidad; establecer límites críticos para mantener niveles adecuados de nutrientes; implementar procedimientos efectivos de monitoreo de puntos críticos de control; implantar las acciones correctivas que se justifiquen; identificar biomarcadores metabólicos; evaluar los efectos de la ingesta de AOVE; poner en marcha procedimientos para la información al consumidor; e implementar declaraciones de propiedades saludables según el Reglamento UE 1924/2006.

Por su parte, Alessandro Leone, profesor de Maquinaria y Sistemas para la Industrias Agroalimentaria de la Universidad de Bari Aldo Moro, afirmó que la demanda mundial de aceite de oliva está en constante crecimiento debido a una mayor conciencia de los consumidores sobre los beneficios de este producto para la salud humana. Por lo tanto, “es de vital importancia que la calidad y la cantidad del aceite de oliva sigan siendo suficientes para satisfacer la demanda, lo que implica organizar la cadena de suministro de la mejor manera posible con miras a la sostenibilidad ambiental”, aseguró, al tiempo que remarcó que la Universidad de Bari lleva muchos años investigando e innovando en la cadena de suministro y compartiendo sus hallazgos con el sector productivo.

“Esta edición del simposio ha sido importante para traer los grandes temas relacionados con el consumo de aceite de oliva virgen extra a la capital italiana, gran consumidora de este producto”, afirmó Francesca Rocchi, de Slow Food Roma.

Durante la semana del 12 al 18 de septiembre, el público también pudo degustar aceite de oliva virgen extra en tres lugares de Roma: el museo Garum, el Palacio Rospigliosi y el Palacio Valentini, donde tuvo lugar el simposio.