Desde Agroseguro han explicado a Mercacei que los daños sufridos en el olivar se deben a una combinación de fenómenos como la falta de precipitaciones, las altas temperaturas, y las olas y golpes de calor, así como las heladas sufridas durante la primavera, que coincidieron con la floración -tras las lluvias de marzo-, provocando daños en buena parte de la producción.
Las hectáreas siniestradas se han situado en 48.586 hectáreas, frente a las 29.000 ha. en 2021, de las que la mayor parte -38.889 ha.- corresponden a Andalucía.
Por Comunidades Autónomas, las indemnizaciones abonadas a los olivareros asegurados se han situado en 20,04 millones de euros en Andalucía; en 740.000 euros en Extremadura; en 660.000 euros en Cataluña; y en 440.000 euros en Castilla-La Mancha. El resto se reparte entre olivareros asegurados de Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid, Navarra y Galicia.
A nivel general, Agroseguro ha subrayado que las indemnizaciones abonadas a los agricultores y ganaderos asegurados por los siniestros ocurridos durante el año 2022 se han situado en los 768,85 millones de euros, un 6,5% más que el año anterior. Esto supone, según ha remarcado esta entidad, la cifra anual más alta del sistema español de seguros agrarios combinados –superando los 732 millones abonados en 2012, ejercicio de grave sequía–, y confirma la acusada realidad climática actual, ya que los años 2017, 2018, 2020, 2021 y 2022 son, junto a 2012, los de mayores indemnizaciones en los 42 años de historia del seguro agrario.
Al igual que el año pasado, el número total de siniestros se ha situado por encima de los 1,6 millones, con una superficie siniestrada de casi dos millones de hectáreas (1.995.589 hectáreas).
