Por Comunidades Autónomas, de la cantidad total correspondiente a las previsiones de indemnización del seguro de olivar un total de 17,77 millones de euros corresponden a Andalucía, 1,21 millones de euros a Castilla-La Mancha y 800.000 euros a Extremadura, según se detalla en el informe de siniestralidad de Agroseguro.
Dicho informe subraya que la evolución del ciclo de cultivo ha sido muy irregular desde el inicio de floración en todas las regiones. El aumento de temperatura, con sucesivos golpes de calor y la ausencia de lluvias en casi todo el período vegetativo, están afectando al cultivo.
En concreto, según Agroseguro, el estrés hídrico que soporta el cultivo ha incidido sobre la cosecha, en la que se observan frutos de menor tamaño y una disminución de producción en los árboles. En este sentido, detalla que la siniestralidad aumentó durante el mes de agosto y, de persistir la sequía en otoño, podría incrementarse de forma importante.
En el mes de septiembre precisa que se produjeron siniestros por sequía y adversidades climáticas en Andalucía –principal región productora–, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón y Cataluña. La entidad aseguradora prevé un incremento de la siniestralidad en los meses que restan del año dada la incidencia climática adversa sobre el cultivo durante todo el año.
A nivel general, Agroseguro ya ha abonado casi el 80% del total de indemnizaciones, hasta sumar 550 millones. El resto de pagos se realizarán en las próximas semanas. En 2022, el plazo medio de pago de indemnizaciones tras la tasación definitiva del siniestro se sitúa en 23 días en seguros agrícolas y 26 días en seguros pecuarios.
A su juicio, 2022 podría batir –de nuevo– el récord de siniestralidad y “constata cómo la realidad climática actual cada vez pone más en riesgo el futuro de las explotaciones, lo que refuerza la importancia del seguro como garantía para los productores”.
En este sentido, recuerda que ahora es el momento de suscribir las modalidades de otoño de los seguros de importantes producciones agrícolas como el olivar a través de los módulos que incluyen protección frente a todos los riesgos, entre ellos la sequía, la helada o el pedrisco, los más frecuentes en los últimos años.
