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Balance de la campaña de aceite de oliva: así ha sido la cosecha en el resto de países productores

Balance de la campaña de aceite de oliva: así ha sido la cosecha en el resto de países productores

miércoles 25 de enero de 2023, 13:30h

Tras analizar la situación del mercado español, consultores y expertos internacionales del sector del aceite de oliva realizan en este artículo un balance de la campaña de producción 2022/23 en el resto de los principales países productores, marcada por la sequía y el incremento de los costes de producción.

Italia

El presidente de la Unione Nazionale Associazioni Produttori Olivicoli (Unapol), Tommaso Lo Iodice, ha explicado que la campaña de aceite de oliva que acaba de finalizar se ha caracterizado por una drástica reducción de la cantidad producida. En concreto, se ha registrado un descenso de la producción en algunas regiones italianas cercano al 50% y para todo el país alrededor del 30% respecto a la temporada anterior. Los últimos datos oficiales -ha precisado- estiman que la producción total para esta campaña sea de en torno a las 230.000 toneladas.

Según Lo Iodice, lo que ha caracterizado especialmente esta campaña olivarera ha sido que el período de recolección, que ha sufrido un cambio cronológico y de duración. De hecho, ha asegurado que históricamente es difícil recordar otro año en el que durante los primeros diez días de diciembre la mayoría de los actores de la cadena realizaran todo tipo de actividades vinculadas a la recolección y transformación del producto. “Un final de campaña tan temprano es difícil de encontrar en los anales de la historia olivarera nacional”, ha destacado.

El presidente de Unapol ha indicado que el adelanto de la cosecha ha supuesto en los últimos años “extraer un aceite cada vez de mayor calidad capaz de hacer estallar esa mezcla de aromas y sabores que hacen de este jugo natural y genuino embajador del territorio en el que se produce, realzando el valor añadido típico de Italia que está representado por la riqueza de los cultivares locales”.

Sin embargo, en 2022, según Lo Iodice, “los tiempos de cosecha tuvieron que adelantarse considerablemente para preservar la calidad, pero dictados principalmente por el hecho de que el año agrícola se caracterizó por una tendencia climática cada vez más seca a la que se sumó el preocupante ataque de la mosca del olivo, que podía comprometer seriamente la calidad del producto”. En este sentido, ha resaltado “la importancia y cualificación que ha adquirido la producción y transformación por parte de nuestros olivareros y almazareros, que han alcanzado un nivel profesional que se traduce en métodos de elaboración de muy alto nivel garantizando un producto de altísima calidad”. En su opinión, esta profesionalización ha tenido que hacer frente a las desproporcionadas subidas del precio de las materias primas necesarias para garantizar el producto y salvaguardar el patrimonio olivarero. Así, se ha referido a los costes "más que duplicados" de los fertilizantes en los primeros meses de 2022, a lo que se ha unido el incremento del precio de los combustibles y los costes energéticos, así como la dificultad de encontrar mano de obra para la recolección.

Por su parte, el director de la Associazione Nazionale Città dell'Olio, Antonio Balenzano, ha indicado que la producción italiana de aceite de oliva en la campaña 2022/23 en las principales regiones del sur de Italia (Puglia, Calabria, Sicilia y Campania) registra un descenso de alrededor del 30% respecto a la temporada anterior. Balenzano ha explicado que los datos de Cia-Agricoltori Italiani apuntan a un año "muy difícil" para la olivicultura italiana debido a las altas temperaturas y al calor anómalo, que en mayo comprometió la floración y el cuajado, y el déficit hídrico, que a partir de julio perjudicó el crecimiento.

Balenzano ha detallado hacia el norte del país la situación mejora, pero siempre de manera irregular, con zonas que han registrado excelentes producciones y otras que han tenido un año de “descarga”. Es el caso de Toscana, por ejemplo, donde en la zona de costa sufrió calor y sequía, mientras que el área interior ha registrado un buen año. Para remediar esta situación, cree que serían necesarios embalses e infraestructuras hidráulicas modernas, así como una mejor gestión del suelo con técnicas destinadas a contener las pérdidas de agua.

Grecia

En cuanto a la situación en Grecia, el bróker especializado en el mercado griego Luigino Mazzei ha afirmado que la producción global se encuentra al 70-80% de la campaña. En comparación con las previsiones iniciales, prevé unas 30.000 ó 40.000 toneladas menos de la cifra estimada al comienzo de la campaña, debido “a una fuerte caída de las aceitunas por la mosca del olivo”. Además, ha añadido que en gran parte del Peloponeso se ha registrado lepra del olivo, por lo que la calidad del producto ha empeorado.

A comienzo de la campaña, Mazzei estimó una producción de aproximadamente 310.000 toneladas en Grecia, de las que 110.000 t. corresponderían al Peloponeso; 100.000 t. a Creta; 40.000 t. a Zakynthos, Corfú, Mitilini y Rodas (Islas); 50.000 t. a Grecia continental; y 10.000 t. al Norte de Grecia (Calcídica y Macedonia).

En general, cree que la calidad ha sido menor y que la acidez media ronda el 0,5%. Según este experto, a finales de enero la campaña se puede dar por finalizada y solo en la zona central de Grecia podría continuar durante el mes de febrero.

Túnez

El agente comercial y bróker italiano Adriano Caramia ha resaltado que la producción tunecina, como en casi toda la Cuenca Mediterránea, no registra cifras muy buenas a nivel cuantitativo. A mediados de enero, se puede estimar una producción global final de alrededor de 180.000-190.000 toneladas en comparación con las 240.000 toneladas de la temporada precedente. Esta cifra también es inferior a la cosecha media de la última década, equivalente a unas 211.000 toneladas.

Las zonas del centro-oeste aportan cerca del 40%, las del norte el 25% y las del sur alrededor del 15%.

Según Caramia, los rendimientos han sido satisfactorios, aunque están empeorando en el último período. La calidad media tampoco es excepcional, lo que supone “un rasgo común en todas las zonas productivas mediterráneas”. “Un duro año de sequía y las altas temperaturas, que aún persisten, han condicionado los análisis y los perfiles organolépticos de los productos obtenidos”, ha aseverado.

Respecto a los precios, ha afirmado que al ser muy altos han penalizado el consumo interno, orientándose hacia la exportación. Así, ha apuntado que en los primeros meses de campaña se están alcanzando niveles récord de venta al exterior respecto a años anteriores.

Por otro lado, Caramia ha destacado que el director de la Bolsa de Túnez anunció que se está estudiando una bolsa de valores del mercado oleícola, lo que, a su juicio, supone “una iniciativa muy interesante”.

Marruecos

En cuanto a Marruecos, Noureddine Ouazzani, director de Agro-pôle Olivier, ha explicado que la producción de la campaña 2022/23 sufrió un descenso "indiscutible", debido a una sequía "severa y devastadora" que no se veía en el país desde hace más de 40 años. En este sentido, se ha referido a las altas temperaturas y a los días muy calurosos registrados en primavera y en verano de 2022, a lo que se sumó la falta de lluvias, especialmente durante la época estival.

Las estimaciones actuales de los operadores del sector olivarero marroquí, tras la cosecha, apuntan a una producción inferior al 75% respecto a la del año anterior estimada en 140.000 toneladas. Actualmente, las previsiones son del orden de 30.000-40.000 toneladas de aceite de oliva. “Realmente se trata de una campaña corta. Muchas almazaras permanecieron cerradas. Sin embargo, algunos escasos olivares de regadío de variedades foráneas presentaron interesantes producciones”, ha considerado.

A su juicio, "la situación estructural de sequía que estamos viviendo nos hace temer por el futuro del olivar de secano en Marruecos". A esto se unen los incrementos generales de los insumos y, en particular, de la energía, el transporte, la mano de obra, los materiales auxiliares, etc., lo que supone un aumento considerable de los costes de producción del aceite de oliva, que pueden oscilar entre un 30 y un 40% de media. “Como consecuencia, las almazaras industriales experimentaron un marcado aumento de costes y un descenso de la producción de aceite de oliva, por no hablar de la calidad. Esta situación ha trastocado mucho el mercado local del donde se ha producido un aumento excepcional del precio que ha alcanzado en algunas zonas olivareras los 8 euros/litro”, ha asegurado.

Turquía

Por su parte, Murat Küçükçakıre, ingeniero agrónomo y asesor de varios proyectos en Turquía y Azerbaiyán, ha resaltado que la campaña en Turquía continúa de una manera “muy interesante”. Según ha precisado, habrá cambios respecto a las expectativas de producción realizadas a principios de la campaña (421.000 t. de aceite de oliva y 735.000 toneladas de aceituna de mesa), debido a la falta de precipitaciones en los meses de septiembre y octubre.

La cosecha todavía se encuentra en curso en varias regiones y se espera que continúe hasta mediados de febrero. Como resultado, aunque existen problemas en algunos aspectos, este año Turquía alcanzará la mayor producción de su historia, según ha remarcado.

Portugal

En Portugal -ha informado Alberto Serralha, CEO de Sociedade Agrícola Ouro Vegetal, S.A. (SAOV), productor y consultor internacional de aceite de oliva- se han confirmado las expectativas de una bajada “severa” de la producción, debido principalmente “a las elevadas producciones, agronómicamente insostenibles, del año anterior y, en menor medida, a la climatología”. Según ha explicado, las plantaciones jóvenes alcanzaron un buen nivel productivo, mientras que, en general, el resto registró una caída "de gran magnitud".

Serralha ha indicado que la cosecha finalizó prácticamente a principios de diciembre, quedando pendientes aquellas explotaciones donde no era posible acceder por el efecto de las abundantes lluvias. Es probable, según ha considerado, que la producción de Portugal se sitúe en torno a las 90.000 toneladas, lo que supone un descenso cercano al 60%.

Además, ha resaltado que las precipitaciones fueron constantes durante la campaña, lo que ha supuesto dificultades para entrar con la maquinaria en los campos y el inicio de infecciones de aceituna jabonosa a principios de noviembre. A su vez, ha destacado "de forma notable" la presencia este año "de lampante y virgen, mientras que los vírgenes extra de buena calidad son casi inexistentes".

Finalmente, ha añadido que los precios son en este momento similares al mercado español, habiendo una demanda constante para vírgenes extra de buena calidad y menos intensa para las otras categorías.