Las causas de este aumento de niveles poblacionales no se conocen con certeza, pero puede ser debido a la ausencia de lluvias, baja humedad relativa y temperaturas inusuales para las fechas en las que nos encontramos, según ha explicado.
La RAIF ha detallado que los daños directos que producen por succión de savia suelen ser muy reducidos. Sin embargo, el mayor problema se puede producir cuando ataca a las inflorescencias y posteriormente a los frutos cuajados, ya que afecta a la fertilidad, produciéndose una significativa caída de botones florales y descenso del número de frutos cuajados. En general, los síntomas son más alarmantes que preocupantes, por lo que raramente hay que intervenir. El daño indirecto es debido a la melaza que producen y a la negrilla que sobre ella se asienta, reduciendo la capacidad fotosintética y manchado de frutos.
Según ha precisado, esta plaga es controlada eficazmente por sus enemigos naturales, tales como los depredadores Chrysoperla carnea y Anthocoris nemoralis, y los parasitoides Alloxysta eleaphila y Psyllaephagus euphyllura. La época de posible aplicación coincide con un momento crucial para las poblaciones de insectos auxiliares, por ello se recomienda utilizar las materias activas autorizadas respetuosas con los mismos, descartando los piretroides y otros insecticidas químicos de acreditado impacto sobre depredadores y parasitoides.
Como consecuencia del importante incremento de las poblaciones de algodoncillo en determinadas zonas olivareras en los últimos años, la Consejería de Agricultura ha elaborado una guía con información de la plaga y recomendaciones de su manejo integrado en el cultivo.
