Las lluvias, tanto las caídas en los meses de mayo y junio como las derivadas de las reiteradas Danas del mes de septiembre, han provocado indemnizaciones superiores a los 81 millones de euros. Pero es que, además, también hemos sufrido daños por helada, hasta 62,4 millones de euros. Por su parte, los seguros pecuarios cuentan con indemnizaciones superiores a los 128 millones. El resto, hasta la estimación récord de alrededor de 1.200 millones de euros con la que se prevé cerrar 2023, se reparte entre otros riesgos como el viento, inundaciones, faunas o mal cuajado, entre otros.
Los cultivos herbáceos de secano son los que, habitualmente, más sufren las consecuencias de la sequía, pero no son los únicos. La aceituna es otra de las producciones que más afectadas se ven con sequías generalizadas como la de este año. Así, la previsión de indemnización para esta campaña alcanza los 36 millones de euros, si bien las tasaciones comenzaron en el mes de noviembre y, por lo tanto, aún no han finalizado. Además, venimos de un 2022 en el que también hubo escasez de lluvias, y aunque no llegó a provocar un siniestro de sequía como el actual, si ha provocado que la situación sea más grave. Aquel año cerró con indemnizaciones cercanas a los 22 millones de euros.
En años como 2023 y 2022 -que ya batió el récord de indemnizaciones pero ha sido desbancado por 2023-, se demuestra la importancia y la utilidad del seguro agrario para el sector. Actualmente, y hasta el 30 de noviembre, es el momento para contratar los módulos del seguro de olivar que cuentan con las coberturas completas. Se trata de las opciones de aseguramiento bienal, es decir, las que garantizan dos cosechas seguidas, en este caso 2024/25 y 2025/26. Estos módulos -1 y 2- cubren, entre otros riesgos, los daños por sequía o pedrisco. A continuación, en primavera, se puede volver a contratar este seguro, si bien con garantías para una sola cosecha y con cobertura frente al pedrisco.
Por último, el sistema de seguros agrarios está fuertemente apoyado por las administraciones públicas (nacionales y autonómicas) a través de las subvenciones a las primas de los seguros. En el caso del olivar, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a través de ENESA concede hasta un 75% de subvención sobre la prima comercial base neta para los módulos 1; hasta un 64% para los módulos 2; y hasta un 44% para los módulos P.