Desde que en 1985 fundamos Todolivo, no hemos cejado en el empeño de mejorar y evolucionar la olivicultura, tratando de hacerla más rentable y sostenible, y contribuyendo a que los agricultores dispongan de un gran presente y un ilusionante futuro con el que afrontar los grandes desafíos de un mercado cada vez más globalizado y competitivo.
En las últimas décadas hemos realizado dos grandes innovaciones que están cambiando el presente y futuro de la olivicultura mundial. La primera de ellas es el olivar en seto de marco amplio, una evolución del olivar superintensivo fruto de la investigación que venimos realizando desde hace 28 años que supone un gran cambio y avance en la olivicultura en seto. Este sistema permite a los agricultores producir una mayor cantidad de aceite por hectárea, tanto en secano como en riego, haciéndolo además de una forma más rentable y sostenible que el olivar superintensivo.
Y es que, al utilizar un menor número de plantas, no sólo se reduce la inversión, sino también los gastos de manejo de cultivo, disminuyendo el consumo de insumos y recursos naturales, la recolección y la poda, que se sitúa en torno a los 200 euros/ha. en secano y 250 euros/ha en riego. Esta mayor amplitud posibilita además una mejor insolación del seto y la calle, permitiendo aplicar un tipo de poda natural, muy sencilla y económica, inspirada en la realizada en los olivos tradicionales, que posibilita que los olivos crezcan y se desarrollen de una forma natural, sin estorbarse unos con otros, favoreciendo el desarrollo del follaje productivo en su interior y logrando que las ramas queden bien insoladas y aireadas, lo que permite captar de una forma más eficiente la radiación solar percibida; así como que la maduración de los frutos sea más homogénea y los agricultores puedan alcanzar en sus explotaciones unos rendimientos y producciones más elevadas, además de una mayor regularidad en sus cosechas.
La segunda innovación tiene que ver con la mejora varietal. En 2007 iniciamos un exitoso Programa de Mejora Genética a través del cual hemos obtenido un grupo de 19 variedades de última generación que han superado a sus padres en productividad y rendimiento graso, permitiendo su adaptación a diferentes realidades agroclimáticas y con las que los agricultores van a poder incrementar y mejorar la rentabilidad de sus fincas, así como producir excelentes y diferenciados AOVEs.
Un grupo de ellas han superado a sus padres en riego, otras en secano y algunas de ellas lo han hecho en ambos. De entre ellas, las hay con diferentes desarrollos vegetativos; pequeñas, grandes y medianas; otras con elevados rendimientos grasos y maduración temprana; otras de floración tardía; algunas de maduración extra temprana; y un grupo numeroso de ellas muestran una alta resistencia a la sequía. Asimismo, todas son muy productivas -más que sus padres- y de ellas se obtiene un tipo de aceite de singulares características organolépticas que permiten configurar una amplia paleta de sabores y aromas diferentes entre los que el agricultor podrá elegir cuál o cuáles producir.
En resumen, dos grandes innovaciones de gran calado que van a permitir una olivicultura más rentable, sostenible y competitiva, así como producir nuevos y diferenciados AOVEs con los que atraer y conquistar nuevos consumidores, posibilitando incrementar la cuota de mercado de esta maravillosa y saludable grasa vegetal, única en el mundo.
