La entrada de capital privado en el medio rural suele despertar recelo, pero no todos los fondos son iguales. Mientras algunos buscan únicamente beneficio inmediato, otros apuestan por la industria y el desarrollo económico de las regiones rurales, la repoblación, la innovación y la sostenibilidad. Es lo que se conoce como “capital paciente”: inversión que cultiva, en lugar de arrasar.
Este modelo, aplicado por el fondo DEA Capital a través de Pieralisi España, posee una clara vocación transformadora, ya que respalda a empresas con una vocación centrada en sembrar futuro con capital que no especula, sino que enraiza.
Con sede en Mengíbar desde el año 2011, Pieralisi ha consolidado un modelo industrial que combina innovación y arraigo territorial. Con el apoyo de DEA Capital, la compañía va a invertir en 2025 más de 750.000 euros en expansión productiva e iI+D, impactando en la creación y el mantenimiento de cientos de empleos directos e indirectos en Andalucía.
Para Aldino Zeppelli, CEO de Gruppo Pieralisi, “España no es sólo un mercado, sino un territorio estratégico para innovar desde lo local hacia lo global. Aquí no sólo desarrollamos tecnología: construimos futuro desde el corazón del mundo rural. Nuestra presencia en Mengíbar (Jaén), epicentro del sector oleícola español, responde a una visión de largo plazo: estar cerca del territorio, crear soluciones útiles y contribuir a un desarrollo sostenible y justo del medio rural”.
Del campo para el campo
En los últimos años, Pieralisi ha diversificado su actividad más allá del aceite de oliva. Su tecnología centrífuga impulsa proyectos de biogás a partir de residuos agroindustriales -la compañía prevé completar en los próximos años una veintena de proyectos de biogás con una inversión estimada de 10 millones de euros-, optimiza el tratamiento de aguas residuales en más de 1.800 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) y favorece la valorización de residuos en industrias químicas, alimentarias y de reciclaje. Además, con el programa 2Life reacondiciona maquinaria en desuso, alargando su vida útil y reduciendo la huella de carbono.
La apuesta tecnológica de Pieralisi se centra en transformar residuos en recursos. Sus sistemas permiten convertir alperujo, lodos urbanos y residuos procedentes de la actividad industrial en biogás y biofertilizantes, prolongando la vida útil de los productos y devolviendo valor al territorio en el que se generan.
Como explica Rodrigo Jaén, director general de Pieralisi en España y Portugal, “cuando una tecnología permite reducir el volumen de residuos, generar energía renovable y transformar el excedente en biofertilizantes, hablamos de una economía verdaderamente circular y, lo más importante, que está ayudando a fijar población joven y cualificada en zonas rurales”.