El evento de este año, una vez más, combinó el redescubrimiento de los territorios y las tradiciones olivareras con un mensaje universal de paz, diálogo y reconciliación. Miles de residentes, familias, niños y turistas participaron con "entusiasmo" en los paseos, catas, talleres educativos y rutas de naturaleza organizados por las administraciones de Città dell’Olio, transformando un día de relax en plena naturaleza en una auténtica celebración del olivo y de la comunidad.
El gesto simbólico de plantar un olivo en cada municipio participante representó el momento más participativo de la edición de 2025, lo que supuso “una señal concreta del compromiso colectivo con la paz y la sostenibilidad”, según informó la asociación italiana.
La iniciativa, que forma parte del calendario del Jubileo Universal 2025, unió a Italia con Hiroshima, donde el 11 de noviembre se plantará un olivo de la paz, símbolo de recuerdo y renacimiento, en el Parque de la Paz, con motivo del 80º aniversario del bombardeo atómico.
“Estamos profundamente orgullosos del resultado de este año. La extraordinaria participación de más de 20.000 personas demuestra que el olivo es mucho más que una planta: es un símbolo universal de renacimiento, reconciliación y paz . Los olivos plantados este año hablan de esperanza y futuro, demostrando el deseo de nuestras comunidades de vivir en un mundo más justo y solidario”, resaltó Michele Sonnessa, presidente de Città dell'Olio.
Esta iniciativa contó con la participación de decenas de miles de voluntarios y profesionales locales en un extenso programa que puso de relieve el paisaje olivarero, el aceite de oliva virgen extra y los productos tradicionales italianos.
Según la asociación, la Camminata tra gli Olivi 2025 reafirma el papel de Città dell’Olio como una red viva de territorios que preservan, promueven y comparten la cultura olivarera italiana. “En un momento histórico marcado por el conflicto y la división, el evento demostró el poder de un gesto sencillo pero contundente: caminar juntos, plantar un árbol, compartir un ideal de paz. El olivo es nuestra bandera silenciosa. Crece en lugares de diálogo y sobrevive en lugares de conflicto. Es la planta de la diplomacia natural, que une lo que la violencia divide”, subrayó Sonnessa.