¿Cuáles son las prioridades estratégicas y los principales retos en esta nueva etapa?
Como presidente del Consejo Regulador de la IGP Aceite de Jaén, nuestras prioridades estratégicas se centran en reforzar la certificación activa para garantizar la máxima calidad y trazabilidad; ampliar el número de operadores inscritos, dado que el sello aporta prestigio y valor añadido al sector; y potenciar la proyección internacional de la marca para consolidar a Jaén como referente mundial en AOVE. Asimismo, impulsaremos la transformación digital para optimizar los procesos internos y externos del Consejo Regulador. Todo ello irá acompañado de un firme compromiso con la defensa del olivar tradicional, un pilar esencial en la identidad y la sostenibilidad del sector. Con estas líneas de acción, consolidaremos a la IGP como un sello de excelencia y garantía de origen.
¿Qué destacaría de la gestión de Manuel Parras, su antecesor, al frente de la IGP Aceite de Jaén en sus cinco años de mandato?
Me gustaría destacar y reconocer que el trabajo realizado por Manuel Parras durante estos cinco años ha sido determinante para llevar a la IGP a su etapa de consolidación y madurez. Su gestión se ha caracterizado por una estructura organizativa sólida, un funcionamiento eficaz y una estrategia promocional ambiciosa que ha posicionado al Aceite de Jaén a nivel nacional.
Parras fue clave en la creación, puesta en marcha y operatividad de la IGP, logrando que el proyecto superara con éxito su fase inicial y sentando unas bases firmes sobre las que hoy podemos seguir avanzando. Su liderazgo académico y su compromiso han permitido que la entidad goce de credibilidad, rigor técnico y reconocimiento institucional.
En definitiva, recibo una IGP fortalecida gracias a una labor impecable y profundamente orientada al interés general del sector oleícola de la provincia.
¿Qué acciones se van a llevar a cabo a nivel de promoción para posicionar al Aceite de Jaén como referente global de calidad?
La estrategia de promoción se centrará en reforzar la identidad del Aceite de Jaén como referente internacional de calidad y origen. Para ello, se impulsarán campañas específicas en mercados estratégicos, subrayando las cualidades diferenciales del picual jiennense y el valor de la certificación. Se potenciará la participación en ferias, misiones comerciales y actos profesionales, donde la IGP actuará como canal de visibilidad para las marcas inscritas.
Consolidaremos a la IGP Aceite de Jaén como un sello de excelencia y garantía de origen
También se desarrollarán acciones formativas y divulgativas dirigidas a chefs, prescriptores y distribuidores, elevando el conocimiento técnico y sensorial de nuestros AOVEs. La colaboración con instituciones y entidades sectoriales permitirá amplificar el alcance promocional.
Además, como acción más pragmática vamos a mantener contacto, tanto con envasadores como con la distribución, para llevar a cabo acciones de divulgación y promoción del sello IGP Aceite de Jaén.
Finalmente, la transformación digital será clave para generar contenido de alto impacto y mejorar la comunicación internacional, posicionando al Aceite de Jaén como un referente global de excelencia.
La IGP Aceite de Jaén también trabaja para reconocer y valorizar el olivar tradicional de la provincia y sus variedades. En este sentido, se ha creado en Andalucía la Asociación de Olivar Tradicional...
Efectivamente, uno de los compromisos más firmes de esta etapa es dar voz y respaldo al olivar tradicional, que representa la esencia productiva, paisajística y social de la provincia. Su sostenibilidad económica es clave, especialmente en un contexto de costes elevados y creciente presión competitiva.
En esta línea, se ha creado una asociación específica en defensa del olivar tradicional, concebida como una plataforma de representación y diálogo para abordar sus necesidades reales. Su función será visibilizar el valor diferencial de este modelo de cultivo, promover medidas que garanticen su viabilidad y reforzar su reconocimiento tanto en los mercados como en las administraciones.
El objetivo es impulsar iniciativas que apoyen a los productores, fomenten prácticas sostenibles, promuevan la calidad y pongan en valor las variedades y el patrimonio oleícola de Jaén. Con esta asociación, se pretende articular un espacio estable de trabajo que defienda un olivar que, más que un sistema productivo, es parte esencial de la identidad de nuestra tierra.
¿Algún proyecto en marcha a nivel agronómico o de I+D+i para impulsar la rentabilidad del olivar tradicional?
Se están desarrollando distintas líneas de trabajo orientadas a impulsar la rentabilidad del olivar tradicional. Entre ellas destacan proyectos centrados en mejorar la eficiencia agronómica, con prácticas de manejo del suelo y del agua adaptadas al contexto de sequía y a la necesidad de reducir costes. Paralelamente, se avanza en iniciativas de I+D+i y digitalización, que facilitan herramientas de monitorización y apoyo a la toma de decisiones para los agricultores.
También se trabaja en proyectos ligados a la certificación, la trazabilidad y el valor añadido, con el fin de que el olivar tradicional pueda competir en mejores condiciones. Estas actuaciones se complementan con colaboraciones técnicas destinadas a aumentar la productividad, reforzar la sostenibilidad y mejorar la calidad de los aceites obtenidos. El objetivo es claro: ofrecer soluciones reales que garanticen el futuro de un modelo de cultivo esencial para la provincia.
Por último, ¿qué grado de conocimiento y notoriedad considera que tiene el consumidor andaluz, nacional e internacional de este sello de calidad? ¿Saben lo que son y valoran los consumidores las IGPs? ¿Alguna iniciativa para potenciar ese conocimiento y estimular el consumo de los AOVEs amparados bajo este sello de calidad?
Este año solicitamos a la Universidad de Jaén (UJA) un estudio que confirma que el sello IGP Aceite de Jaén alcanza una alta notoriedad en la provincia, donde más del 60% de los consumidores lo reconocen y lo asocian con prestigio y calidad superior. En el resto del país, la familiaridad es más limitada -en torno al 15%-, aunque cuando el consumidor entra en contacto con el distintivo, este genera inferencias muy positivas sobre autenticidad, compromiso con la calidad, sostenibilidad y tradición, actuando como un heurístico de superioridad.
Para mejorar y estimular el consumo de los AOVEs certificados, se reforzará la exposición del sello, la presencia en envases y puntos de venta, la formación a prescriptores y las campañas informativas. Conforme a las recomendaciones de la UJA, incluiremos mensajes más claros como “sólo certificamos aceites de calidad excepcional” para hacer más explícito el significado del sello y consolidar su reconocimiento
