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Estudiantes de la UC Davis crean un sensor para evaluar la calidad del aceite de oliva

Estudiantes de la UC Davis crean un sensor para evaluar la calidad del aceite de oliva

martes 04 de noviembre de 2014, 12:45h

03/11/2014 - Un grupo de estudiantes de la Universidad de California Davis ha creado un biosensor para evaluar de forma "rápida y sencilla" el perfil químico del aceite de oliva, proporcionando a los productores, distribuidores, minoristas y consumidores una manera "eficaz y de bajo coste" para asegurar la calidad del producto, según ha informado el centro norteamericano en su página web.

Este biosensor participa en un concurso científico internacional denominado iGEM (International Genetically Engineered Machines), que invita a los mejores estudiantes de todo el mundo a mostrar sus soluciones de ingeniería para paliar las preocupaciones del mundo real.

En concreto, el equipo de la Universidad californiana –integrado por los estudiantes Lucas Murray, Brian Tamsut, James Lucas, Sarah Ritz, Aaron Cohen y Simon Staley – ha presentado su biosensor en la convención de iGEM, que se celebra hasta hoy en Boston.

"Es especialmente gratificante saber que nuestro proyecto es práctico y va a resolver un problema real y tangible”, ha asegurado Tamsut, uno de los estudiantes que ha creado esta máquina.

Según ha destacado la Universidad, garantizar la calidad del aceite de oliva es, de hecho, una preocupación real para los productores, los industriales, los minoristas, los distribuidores y los consumidores de aceite de oliva virgen extra.
 
De hecho, el objetivo de los estudiantes con la creación de este biosensor es generar un dispositivo asequible para detectar defectos en el aceite de oliva, según ha asegurado Selina Wang, director de investigación de UC Davis Olive Center y uno de los cuatro asesores del equipo iGEM 2014.

En concreto, este biosensor electroquímico -en forma de un termómetro de gran tamaño- se completa con un hardware y un software necesario para leer los grados de acidez en una sola gota de aceite.

Wang cree que una generación futura de esta tecnología podría ser incorporada a cada botella de aceite de oliva virgen extra con el fin de garantizar su frescura. "De esa manera, los consumidores podrán ver a simple vista si su aceite de oliva está empezando a ponerse rancio", ha señalado.

Mientras tanto, según la Universidad, los industriales norteamericanos y del extranjero podrán beneficiarse de este nuevo biosensor, que el equipo de investigación prevé que tendrá un precio de unos 125 dólares.