Las neuronas son unos personajes muy curiosos. Ordenan, deciden, descartan y se comunican entre sí enviándose pequeñas descargas eléctricas. Se calcula que cada una tiene “un grupo social” formado por otras 10.000 neuronas, con las que intercambia información. Ahora bien, cuando consideran que disponen de excesivos datos, una o varias de esas neuronas mandan la orden de “desconectar” el sistema para que no sufra una sobresaturación y se produce lo que comúnmente conocemos como “memoria selectiva”, almacenando sólo aquello que nos parece más útil o importante.