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¿Cómo afectará la pandemia del COVID-19 al sector oleícola español?

¿Cómo afectará la pandemia del COVID-19 al sector oleícola español?

martes 14 de abril de 2020, 12:24h

El director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco, reflexiona en este artículo acerca de las oportunidades que a raiz de la situación generada por el coronavirus se presentarán para el sector oleícola. ¿Aflorará el concepto "Slow Food" entre los consumidores? ¿Se quedarán con los buenos hábitos adquiridos de una "coronadieta" más saludable y con una abundante presencia de AOVE? Para Penco no cabe la menor duda: el virgen extra ha resurgido como un Ave Fénix deseoso de sobrevolar nuestras cocinas... y nuestras conciencias.

El sector oleícola se plantea esta cuestión y tenemos dos opciones: analizar las consecuencias solo a corto plazo, lo cual es lo común en nuestro ámbito; y reflexionar sobre las oportunidades derivadas de una situación nunca vivida antes por nuestra generación. ¡Optamos por la segunda opción!

"Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades", comenzamos con esta contundente sentencia que es aceptada por todos... y a partir de aquí planteemos las derivadas.

En lo que nos concierne, como AEMO, tenemos la plena convicción de que nos encontramos ante una oportunidad única, lean bien que es esdrújula: ú-ni-ca.

"Los productores de virgen extra, ahora sí, somos la apuesta segura a caballo ganador"

Discurren días excepcionales donde los españoles comemos en casa, eso es una realidad incontestable, así pues estamos obligados a elaborar nuestros propios menús, y siendo así tenemos más tiempo para elegir cuáles son los ingredientes más o menos favorables en nuestra "coronadieta" o dieta de confinamiento, y todo ello esta ciberinfluenciado por lo que leemos, lo que escuchamos y lo que vemos. Pero también, y esto es esencial, estamos marcados por lo que tiempo atrás se grabó en nuestra memoria, por los mensajes anclados en nuestro subconsciente, mensajes que manteníamos en segundo plano pero que hemos registrado a fuego en el cerebro. Son recuerdos ocultos que ahora, en estos momentos de reflexión, afloran.

Así es, definitivamente ahora tenemos una dieta derivada de la reflexión, del segundo plano de nuestra mente, una dieta con una base más racional de la que era habitual hace solo dos meses, cuando la alimentación no era sino un sustento, cuando navegábamos en la vorágine del trabajo, de las comidas fuera casa, con los niños en el comedor escolar, y todo ello marcado por el acelerado ritmo de nuestras trepidantes vidas.

Y en este contexto es cuando aflora el concepto de “Slow Food”, de alimentación elaborada y saludable, y es ahí cuando padres y madres nos enfrentamos cada día al aderezo, al guiso, al horno y a la vitro y, por primera vez en mucho tiempo, reflexionamos antes de alargar la mano hacia uno u otro ingrediente. Ahora en cada elaboración nos lo pensamos más, nos paramos a decidir: “voy a escoger lo más favorable para esta receta, por su sabor y por su salud” y ahí es donde nosotros, los productores de virgen extra, ahora sí, somos la apuesta segura a caballo ganador.

"El aceite de oliva virgen extra resurge como el Ave Fénix que levanta el vuelo, como un coloso que sobrevuela nuestras cocinas y nuestras conciencias"

Porque en ese cotidiano y diario dilema resurge el aceite de oliva virgen extra como el Ave Fénix que levanta el vuelo, como un coloso que sobrevuela nuestras cocinas y nuestras conciencias, como ese mágico ingrediente que permanecía dormido e ignorado, pero que cuando la cocina auténtica aflora resurge de esas mentes adormecidas. Florece desde nuestra raíz cultural más profunda, de la tradición culinaria española, porque él es el rey de la dieta de nuestros ancestros, aquel del que se han escrito multitud de valores saludables, culinarios y culturales, pero el mismo que en el acelerado devenir del día a día estaba ignorado y abandonado, ese que ahora resucita desde lo más profundo de nuestro interior y ahí no dudamos. “¡Hoy cocino yo, y hoy gasto mi virgen extra!”

Los primeros datos derivados de la venta en el mes de marzo manifiestan un aumento considerable en el consumo del aceite de oliva,y más concretamente del rey de todas las categorías, del aceite de oliva virgen extra.

Aunque el dato es bueno, bien es cierto que se dan varias circunstancias que lo relativizan: el acopio acelerado en los primeros días del confinamiento y la crisis económica inducida por el COVID-19 que puede derivar en una menor capacidad adquisitiva de miles (¿o millones?) de españoles que ya ven recortados sus ingresos… todo esto es indudable y puede ir en contra del crecimiento del consumo creciente del AOVE, pero la oportunidad a largo medio y largo plazo debe ir más allá, basándose en ese periodo de reflexión que hemos tenido y eso es lo que debe permanecer después del confinamiento.

Dicho esto la cuestión es:

- ¿Sabremos los españoles aprovechar estos tiempos de reflexión para decidir de una vez por todas cual es la alimentación que queremos para nosotros y para nuestro hijos en una dieta de crucero? Y si es así...

- ¿Exigiremos esa alimentación saludable también en los comedores escolares de nuestros hijos y en nuestros menús de hostelería diarios?

- ¿Será la crisis derivada de esta pandemia una oportunidad para el sector oleícola español que es el líder mundial en producción y calidad del aceite de oliva virgen extra?

No nos atrevemos a contestar estas trascendentales cuestiones, pero si confesamos un dato para la esperanza. El 8 de abril hacíamos la compra para el Puente de Semana Santa en un supermercado de Córdoba y cuando nos enfrentamos al lineal del virgen extra observábamos sorprendidos que estaba agotada la marca de AOVE con más valor y más calidad frente a otros aceites más baratos que mantenían intactas sus existencias, por lo que nos preguntamos: ¿Estará cambiando algo en estos tiempos?¿Estaremos ante una nueva oportunidad?

Artículo de opinión

JOSÉ MARÍA PENCO

Director de AEMO