Según esta entidad, esta enfermedad fúngica está activa en otras partes del mundo. Así, se confirmó por primera vez su presencia en California en 2005 y desde entonces se ha extendido a otras partes de Estados Unidos. “También se ha detectado en España, Portugal e Italia durante la última década y tiene el potencial de convertirse en un problema sustancial si no se controla. Los hospedantes conocidos incluyen olivos, manzanos, perales, membrillos y fresnos”, ha indicado.
La AOA ha precisado que la enfermedad aparece principalmente en condiciones de humedad y provoca manchas hundidas en la fruta. También afecta a las hojas (manchas) y a las ramitas, provocando su muerte regresiva y su defoliación.
McFarlane ha pedido a los productores que monitoreen sus plantaciones para detectar los síntomas de la enfermedad en la próxima campaña y comuniquen cualquier hallazgo a la agencia de bioseguridad habitual en su Estado.
"Es importante señalar, sin embargo, que no se trata de una preocupación demasiado importante, dado que se puede esperar que el programa de control de enfermedades fúngicas también controle el hongo Neofabraea vagabunda", ha subrayado.
En este sentido, este programa contempla controlar regularmente las condiciones climáticas y los árboles para detectar síntomas de enfermedades fúngicas. En el caso de haber una enfermedad fúngica o si existen condiciones climáticas de alto riesgo, recomienda al agricultor comenzar inmediatamente el tratamiento adecuado, así como continuar monitoreando el árbol para detectar cualquier signo de infección por hongos y tratar en consecuencia.