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La subida de la energía y las materias primas, un nuevo desafío para el sector oleícola

La subida de la energía y las materias primas, un nuevo desafío para el sector oleícola

miércoles 17 de noviembre de 2021, 13:03h
El alza global en las materias primas y la energía, el colapso en los puertos internacionales y el rally alcista de los fletes marítimos están pasando factura al sector agrario. Además, desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) han alertado de la gravedad de la situación, así como de las dificultades de aprovisionamiento, lo que supone, a su juicio, una "seria amenaza" para las empresas y el empleo del sector, que aún se encuentran en un proceso de recuperación de la crisis provocada por la pandemia. Por ello, desde Mercacei hemos querido conocer cómo afrontan esta situación productores, expertos y proveedores industriales del sector oleícola.

Para ello les hemos preguntado:

  1. ¿Cómo está afectando a tu empresa el incremento de los costes energéticos, las materias primas y el transporte? ¿A qué se debe esta situación?
  2. ¿Cómo va a repercutir esta subida en tus productos?

Juande Cuberos, Agroisa

  1. Si tenemos en consideración que los incrementos que estamos sufriendo en la industria auxiliar del olivar tiene un marcado carácter coyuntural, por el modo en que se ha producido y por las causas aparentes que la ocasionan, el impacto en nuestras economías es devastador al quedar fuera de toda previsión en la estructura de costes y, por ende, de una difícil repercusión en contratos que ya están firmados y que, en la mayor parte de los casos, están soportados por líneas de financiación pública que jamás admitirán incrementos presupuestarios por causas tan flagrantes como las que estamos viviendo en estos momentos. Las causas que están detrás de esta situación pueden ser varias, entre ellas la fuerte dependencia del mercado de generación energética y la excesiva deslocalización de la fabricación de materia prima, junto con el bloqueo de la logística mundial que se ha producido por la pandemia y las prácticas especuladoras de los operadores marítimos que no hacen más que aprovecharse de las diversos acontecimientos que se han venido desencadenando durante los últimos tiempos.
  2. A corto plazo, con una pérdida de competitividad preocupante, porque todos los incrementos incidirán directamente sobre nuestra cuenta de explotación y, a medio plazo y si la situación no revierte, porque nos llevará a la aplicación de incrementos considerables en los precios para compensar las pérdidas ocasionadas anteriormente y para absorber la subida de los costes de producción.

Carlos Jiménez, Acesur

  1. Claramente, el incremento del coste energético, materias primas y logístico está afectando de manera importante y hoy en día todos los procesos industriales tienen un coste superior a lo presupuestado. Entendemos que esta situación es coyuntural y que el desajuste global acaecido durante la pandemia debe ir cediendo y los flujos comerciales deben tender a la estabilidad.
  2. Acesur trabaja para reducir esos impactos y conseguir eficiencias productivas que minoren su influencia. Entendemos que es el camino a seguir.

Aurelio D. Mesa, Amenduni

  1. Sin duda, nos está afectando, a pesar de que trabajamos con el mismo grupo de proveedores asociados desde hace muchos años y a que hemos hecho de todo para anticiparnos a esta situación; a fin de cuentas, somos un eslabón más dentro de la cadena global de producción y consumo de bienes y servicios. Respecto a las causas de esta situación, tienen que ver con el colapso del transporte marítimo, la especulación y esa falsa confianza que nos hace pensar que las situaciones críticas no pueden ir a peor.
  2. Nuestros costes se han visto incrementados por la escalada exponencial de gran parte de las materias primas necesarias para la fabricación de nuestros productos, pero nuestra mayor preocupación, más allá de la subida de precios -inevitable dentro de esta espiral de inflación- es evitar el desabastecimiento que vendrá a continuación, y que esta situación de incertidumbre global afecte lo mínimo posible a la actividad de nuestros clientes y al servicio de asistencia que prestamos.

Francisco Vañó, Castillo de Canena

  1. Creo que todos los sectores económicos y productivos de nuestro país se están viendo afectados por este escenario macro tan poco halagüeño. Detrás de todo esto subyace las nocivas secuelas de un hecho histórico como es la terrible pandemia que hemos padecido globalmente y una de sus consecuencias ha sido la escasez de materias primas, incluyendo el crudo y el gas. Preferiría creer que esta es una situación coyuntural y no estructural, porque es cierto que esta realidad está afectando a todos los eslabones de la cadena de valor del aceite de oliva y sus consecuencias aún no han sido convenientemente evaluadas. Las tensiones inflacionarias se manifiestan en todos los ámbitos de la actividad empresarial, pero el horizonte puede aún ser mas negativo si, como parece, estamos también a las puertas de una subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo que implicaría un incremento de los costes financieros.
  2. Es cierto que, ante un mercado como es el del aceite de oliva, con una clara volatilidad histórica, los operadores que nos centramos en el segmento de los AOVEs Premium o de alta gama, nos hallamos habitualmente en zonas más estables y equilibradas en lo referente a los precios de nuestros productos que, normalmente, suelen mantenerse sin modificaciones durante bastante tiempo. No obstante, es cierto que esta situación extraordinaria nos está perjudicando, no solamente por el rápido incremento de los precios de la energía o el transporte sino también en lo que respecta a los materiales auxiliares como son las botellas, cartonajes, tapones, etc. y, desde luego, en la mano de obra también. La revisión al alza (moderada, por otra parte) de nuestros tarifarios no es por lo tanto un hecho basado en el oportunismo o en el capricho sino que se cimienta en el ánimo de mantener unos márgenes correctos que garanticen la sostenibilidad económica de nuestra empresa.

Ángela Manzano, Manzano-Flottweg

  1. El coste energético nos afecta como a todos pero no somos grandes consumidores de energía. Sin embargo, tanto materias primas como transporte son dos de los tres costes principales de nuestra actividad. Aunque en la construcción de maquinaria el acero es importante, en los depósitos de almacenamiento de aceite de oliva es donde el material puede suponer hasta dos tercios del producto final. El acero inoxidable tiene un precio que supera el doble respecto al de hace un año. Con el transporte, especialmente en las exportaciones estamos sufriendo incrementos también importantes. En el caso del precio del acero, al margen de que es un producto cuyos precios oscilan a veces en función de decisiones internacionales, se trata de un problema de oferta y demanda. Tras la pandemia las fábricas tienen la producción comprometida con muchos meses de antelación y esto ha supuesto la subida del coste y, además, larguísimos plazos de entrega. Nuestra dependencia es inevitable, si bien podemos adaptar aleaciones diferentes para nuestro producto sin perder calidad, es el coste principal de los depósitos.
  2. Esta situación encarece mucho nuestro producto y por lo tanto ha reducido la expectativa de inversión de los clientes. Afortunadamente estamos preparados para asesorarles en la configuración de sus proyectos de forma que puedan paliar las subidas, controlar los costes que están en nuestra mano y seguir sacando proyectos adelante. El sector y la actividad de nuestros clientes no puede parar.

Juan Vilar, consultor estratégico

  1. Por norma general este capítulo de costes está afectando en todos los ámbitos de la cadena de valor, desde el campo, hasta las almazaras, envasadoras, plantas de procesado de alpeorujo, etc. No obstante, en este ámbito se ha de diferenciar entre dos escaladas de cotizaciones diferentes, aquellas que realmente están justificadas por un incremento en el coste de producción del output (combustible, energía o materia prima), y otros en los que se está aprovechando la posición ventajosa o de dominio del proveedor, para subir los precios de forma deliberada y no racional. Tal situación debería hacernos reflexionar sobre la deslocalización de ciertos procesos, fuentes de suministros y dotación de recursos. Son las consecuencias ocasionadas actuales, y futuras, traducidas en una dependencia plena, y una falta de competitividad cada vez mayor de nuestra economía.
  2. La repercusión de estos costes sobre el valor del producto o servicio es automática o de otro modo debería de detraerse directamente del resultado de la compañía. No obstante, antes de transmitir dicho impacto al mercado, se ha de analizar si el efecto será coyuntural o estructural, así como los efectos que ello tendría en los clientes o usuario. No obstante, lo más importante es, en función de la naturaleza del bien o servicio que producimos o prestamos, calcular qué grado de intensidad tienen estos factores sobre el total de costes, y si en función de su naturaleza ha de ser transmitido de forma inmediata, gradual, absorbido por la compañía o simplemente por la estructura de costes. En nuestro caso no está siendo repercutida dicha escalada.

Juan Manuel Jariego, Grupo GEA

  1. Más allá del incremento de los costes energéticos, lo que podemos considerar transversal a todas las industrias es la subida de precios y escasez de materias primas agravado por la crisis de los contenedores. El problema es que no se vislumbra el final y que esta situación nos está afectando directamente sobre nuestros costes de producción, a lo que se suma la escasez de materias primas que nos está provocando retrasos en plazos de entrega. El incremento de los precios de las materias primas se debe a que la reactivación económica ha provocado que se dispare la demanda, con el consiguiente aumento del coste de las mismas. En cuanto al motivo del crecimiento de los costes energéticos se debe fundamentalmente al precio de los derechos de emisión de CO2 en el mercado europeo, además de la subida del precio del gas a nivel internacional.
  2. Estos factores están impactando de manera muy importante en nuestros costes de producción, lo que provocará un incremento de precios de los productos de cara al consumidor final. Es algo que, bajo mi punto de vista, será inevitable.

María Naranjo, ICEX España Exportación e Inversiones

  1. La nueva coyuntura que estamos atravesando se podría definir como “tormenta perfecta”: la recuperación económica ha reactivado con fuerza la demanda en determinadas regiones del mundo (Europa, América del Norte), mientras que en Asia, y muy particularmente en China, la política de tolerancia cero con el virus todavía mantiene importantes restricciones a la movilidad internacional y, sobre todo, súbitos cierres de ciudades, puertos y centros logísticos estratégicos que provocan importantes cuellos de botella. Además, en la última década hemos asistido a una progresiva concentración de los operadores en el transporte marítimo internacional, que facilita acuerdos colusorios de subidas de precios. China, por su parte, se ha convertido en el principal proveedor de muchos componentes (microchips, piezas intermedias…) y es también el principal fabricante de contenedores del mundo. Si estos insumos no se fabrican en China o no llegan a salir del país, se provoca un efecto dominó sobre las cadenas de producción de todo el mundo. Si China, hasta hace nada, era un país “exportador” de deflación y costes bajos, ahora se ha convertido en un factor inflacionario para la mayor parte de las industrias, por supuesto también la alimentaria. El encarecimiento de la energía es también una consecuencia de las dificultades de muchos países productores para adaptarse con rapidez al fuerte crecimiento de la demanda en muchos países. Existen otros elementos geopolíticos y estratégicos más difíciles de superar, como es la lucha por el control en la producción y distribución de gas en el mundo. Esta situación tiene una complicada solución a corto plazo y la mayor parte de los analistas tienden a pensar que se superará a lo largo de 2022, a medida que se vaya absorbiendo el impacto de la demanda y adaptándose las cadenas de producción. Muchas empresas están rediseñando sus procesos para acortar cadenas logísticas y diversificar sus proveedores, pero los resultados sólo serán visibles a medio plazo.
  2. El impacto del coste de las materias primas y del transporte lo está sufriendo ya la industria alimentaria. Son muchas las empresas que en el último año han seguido exportando a costa de reducir sus márgenes comerciales. La escasez de contenedores va a impedir en muchos casos cumplir con pedidos que tenían no sólo en Asia sino también en América por los cuellos de botella en el transporte marítimo que se están produciendo. El encarecimiento de la energía y de las materias primas tendrá que repercutirse a los consumidores, como ya estamos viendo por la evolución del IPC. Desde ICEX se están buscando ya soluciones que ayuden a las empresas en los mercados internacionales, básicamente en la búsqueda de proveedores alternativos en otros mercados y en el apoyo a través de la Red de Oficinas Económicas y Comerciales en la interlocución con los operadores logísticos. A corto plazo, el impacto inflacionario es difícil de mitigar y las soluciones serán eficaces a medida que las empresas vayan adoptando sus procesos para ser menos dependientes de un solo mercado o proveedor.

Raúl Rosa, Ildefonso Rosa Ramírez e Hijos-JAR

  1. Todos estos incrementos en los precios de adquisición, evidentemente están aumentando bastante nuestros costes de producción; sobre todo el precio de la materia prima, que además del elevado aumento de la misma en origen se ve afectada directamente por la subida de los precios del transporte, que son repercutidos en su precio final. A esto se suman los problemas de suministro que, a día de hoy, cada vez son más preocupantes. Desde mi punto de vista esta situación se debe a la influencia y dependencia que tenemos de las grandes potencias mundiales y a las rivalidades entre ellas.
  2. Es evidente que para poder mantener el alto nivel de calidad y prestaciones, así como los servicios que mi empresa ofrece, el incremento en la energía, materias primas y transporte, va a repercutir en el precio de nuestros productos, si no fuese así, sería imposible mantenerse en esta línea en un sector que cada día necesita más calidad en sus procesos de producción.

Pedro Martínez, IMS Pesaje

  1. Dentro de la situación global que hay, quizás sea más importante el problema de plazos a estas alturas de campaña, ya que esta tardanza genera un coste extra para la empresa.
  2. Todos los precios están subiendo y por desgracia en nuestro sector también, pero debido a nuestro compromiso con los clientes, intentamos que esto repercuta lo menos posible.

Rubén Ausere, Maquembo

  1. Los incrementos de los costes están complicando la operatividad de la empresa. Por un lado, el aumento de la electricidad ya se ha empezado a notar y con la llegada del otoño e invierno (con la bajada de temperaturas y menos horas de luz) aún se hará más evidente. Por otro lado, las materias primas también están subiendo en general en unos porcentajes nunca vistos con subidas continuas por parte de nuestros proveedores. Se nota especialmente en los aceros pero también en el resto de elementos que forman nuestras máquinas de envasado. Finalmente, también los costes de transporte nos están afectando, sobre todo en el ámbito internacional. Realmente no estamos seguros de cuales son los motivos de todas estas subidas, ya que solo recibimos opacidad por medio de los sectores implicados y las autoridades.
  2. En Maquembo-Ausere estamos realizando un importante esfuerzo para no trasladar estos aumentos a nuestros equipos y vamos a hacer lo posible para continuar de este modo hasta final de año pero lamentablemente no podremos mantener esta política indefinidamente y deberemos aplicar subidas a nuestros clientes, teniendo en cuenta que todas las previsiones indican que esta situación va a prolongarse en el tiempo e incluso que va a seguir aumentando.

Rafael Padillo, Padillo

  1. Es evidente que el efecto inmediato es la repercusión de ese incremento de los costes en el precio del producto final, pero en nuestro caso y a diferencia de nuestra competencia que compite en precio, esa repercusión ha sido relativa. Creo que todos tenemos la sensación de que no hay una sola causa y que dependiendo del producto en cuestión puede deberse a diversos motivos. Pero es evidente que si la inflación es generalizada a nivel mundial, todo hace suponer que se trata de una herramienta puesta a disposición de los Estados para reducir el elevado endeudamiento que tienen. No hay que perder de vista que la deuda mundial suponía en febrero de este año un 355% del PIB global…
  2. De forma relativa, ya que nuestra estrategia nunca ha sido competir en precio y nuestros productos tienen un alto valor añadido, lo que nos ha permitido no subir nuestros precios y al mismo tiempo ser más competitivos que nuestra competencia en términos comparativos.

José González, Talleres González y París

  1. Hasta este momento, hemos intentado por todos los medios asumir todas las subidas de materias primas, transporte y costes energéticos; pero el incremento es tal que ya es imposible y estamos tomando decisiones al respecto.
  2. La única solución es repercutir el incremento de costes a nuestros clientes. Procuraremos que la subida sea en el menor porcentaje posible, pero ya no podemos asumir más estos altos costes.

Juan de Dios Pérez, Vidrierías Pérez Campos

  1. El vidrio siempre ha resultado ser todo un termostato en el mundo del packaging, con mínimas subidas en comparación con otros materiales. Pero en esta situación actual ha explotado el aumento de precios en el tercer trimestre, o demorando subidas de dos dígitos a comienzos de 2022. Dependiendo del origen, la producción y el transporte se ven afectados.
  2. La cuestión supone un reto; todo depende del origen de producción y del aumento de costes logísticos.

Jaime Palafox, experto agroalimentario

  1. Desde el punto de vista de las exportaciones agroalimentarias los datos disponibles hasta la fecha (enero-julio 2021) siguen siendo positivos sin verse afectados por estas cuestiones. Sin embargo, está claro que antes o después los incrementos de costes van a tener su efecto en las cifras ya que las empresas los están sufriendo. El problema del transporte se viene arrastrando desde hace al menos un año y dificulta enormemente los envíos y las relaciones comerciales con los compradores internacionales al afectar a los precios finales de venta y los plazos de entrega. Otro aspecto especialmente preocupante es el incremento de los costes energéticos que España esta sufriendo más que otros países y puede afectar a su competitividad.