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La promoción del aceite de oliva en Latinoamérica

La promoción del aceite de oliva en Latinoamérica

Chania S. Chagas
Socia y propietaria de Empório do Azeite, experta internacional, sommelier y consultora de aceites de oliva

El uso del aceite de oliva en Latinoamérica se ha incrementado exponencialmente en los últimos seis años, registrándose un aumento de más del 120% en el volumen de las importaciones brasileñas, que han pasado de 50.000 toneladas en 2015 a 110.300 toneladas en 2020, según datos del Consejo Oleícola Internacional (COI). De hecho, Brasil ocupa ya la segunda posición en el ranking mundial de importadores fuera de la Unión Europea.

Durante y después de la pandemia, observamos un cambio radical en el comportamiento del consumidor latinoamericano. Debido a las políticas restrictivas, hubo una mayor permanencia de las personas en el hogar, lo que propició un cambio en los hábitos alimentarios y la búsqueda de alimentos más saludables. Esto supuso un mayor consumo de aceite de oliva virgen extra en los hogares y despertó aún más el interés de los consumidores por este producto. Además, dedicaron más tiempo a las redes sociales, comenzaron clases de gastronomía on line y compraron más alimentos a través de Internet. En concreto, en materia de comercio electrónico, Brasil registró un récord de ventas en el primer semestre de 2021, alcanzando los 8,3 mil millones de euros, lo que supuso un aumento del 31% respecto al mismo período del año anterior, según el informe de comercio electrónico de la 44ª edición de Webshoppers.

Asimismo, en diferentes canales de televisión y en los programas de gastronomía comenzamos a escuchar más a menudo el término “aceite de oliva vírgen extra”. Sin embargo, el consumidor todavía tiene muchas dudas sobre cuál es el mejor aceite de oliva, cuál es el mejor nivel de acidez y si se recomienda cocinar con este producto. Para promover la cultura del AOVE en Latinoamérica es primordial facilitar el acceso a la información relativa a este producto, con el objetivo de convertirlo en un ingrediente clave en el día a día del consumidor, dejando de ser prescindible. En este sentido, la calidad de la información difundida en nuevos mercados y emergentes es muy importante para no confundir aún más al consumidor. En este caso, lo ideal es siempre buscar profesionales relacionados con el sector que puedan transmitir de forma correcta este contenido.

Desde mediados del año 2013, cuando empecé mi trayectoria en el mundo del aceite de oliva, percibí que mucho más allá de alentar al consumidor a reemplazar el aceite de semillas -ampliamente utilizado por los latinos en la cocina- por el de oliva, existe la necesidad de hacerle entender los beneficios reales de este intercambio. Para que esto ocurra es necesario que tenga las referencias adecuadas de lo que es un verdadero (y buen) aceite de oliva.

Desarrollar mejores campañas publicitarias, crear un engagement con el consumidor, llevar a cabo cursos de degustación, talleres y acciones de marketing son las principales herramientas para influir en el comportamiento del consumidor en el momento de la compra. Con las nuevas tendencias en los hábitos alimentarios y la priorización del bienestar, el objetivo principal del sector del aceite de oliva en Latinoamérica es asegurarse de que al consumidor final le llegue la información correcta sobre este maravilloso producto con el fin de que su elección de compra se realice de forma espontánea.