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Oda al AOVE

Oda al AOVE

Enrique de Mora
Consultor estratégico, conferenciante y autor
www.enriquedemora.com

El olivo es ARTE. En la mitología griega afloraron las primeras menciones a este árbol robusto e inasequible al desaliento, elemento consustancial a tantos de nuestros paisajes. El olivo, descrito a menudo como símbolo de paz y prosperidad, ha alimentado innumerables leyendas. En “La Odisea”, Homero plasmó con un olivo la construcción del lecho de Ulises.

Y el aceite de oliva es CULTURA. El resultado sublime y líquido de ese árbol milenario, inspirador y casi sagrado forma parte de la cultura mediterránea. En su famosa “Oda al aceite”, Pablo Neruda dijo aquello de:

Aceite, en nuestra voz, en
nuestro coro,
con
íntima
suavidad poderosa
cantas;
eres idioma castellano:
hay sílabas de aceite,
hay palabras
útiles y olorosas
como tu fragante materia.
No sólo canta el vino,
también canta el aceite,
vive en nosotros con su luz madura
y entre los bienes de la tierra
aparto,
aceite,
tu inagotable paz, tu esencia verde,
tu colmado tesoro
que desciende
desde los manantiales del olivo.


De la cultura a la mesa o de la mesa a la cultura, tanto da. Van de la mano. Ese recorrido que va del olivo a la almazara y de ésta a la mesa sólo depara placer y salud. Por eso, el aceite de oliva virgen extra es parte sustancial de la gastronomía española. No hay consumidor que se resista.

Por supuesto, el AOVE da también de comer a muchas familias y personas. Del agricultor al productor. Del distribuidor al tendero. De ahí la importancia de cuidar al sector. En las crisis, hay sectores de la economía que se comportan como esponjas y otros como masas de pan. Los “sectores esponja’ son aquellos que se recuperan muy rápido por mucho que se les apriete -e incluso aumentan de volumen, si se mojan por la “tormenta”-. En cambio, los “sectores masa de pan” tardan en recuperarse al ser apretados -y puede quedar huella en ellos-. En los estertores de la pandemia de COVID-19, hemos comprobado que tanto la alimentación como el aceite de oliva son sectores esponja, es decir resilientes y de recuperación rápida. Afortunadamente.

El consumo de aceite de oliva ha aumentado de manera significativa en el mundo. Cada vez más consumidores de países remotos descubren sus excelencias. Se trata de un producto universal que no sólo alimenta al consumidor, sino que también cuida su salud. A su vez, su producción contribuye cada vez más a cuidar el planeta. Sabroso, saludable y sostenible. Las “3 S” del AOVE. ¿Quién da más?

Por todo ello, debemos divulgar incansablemente los beneficios de este zumo puro de aceituna. Hay que propagarlos y extenderlos urbi et orbi, cual mancha de aceite, Oliva Virgen Extra, claro.