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El olivo, patrimonio de todos

El olivo, patrimonio de todos

Jesús Santolaya Heredero
Presidente de la Federación Nacional de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva)

Nadie a estas alturas cuestiona la importancia que tiene el olivar en nuestro país y nuestro liderazgo mundial en superficie y en producción de aceite de oliva, la singular estampa de un paisaje que es fuente de cultura y tradición. Un cultivo que sustenta a miles de familias y almazareros, que aman y miman a cada uno de los árboles como si de un miembro más de su familia se tratase. No hace falta ser agricultor o almazarero para estar enamorado de este cultivo y su producto: el aceite de oliva. No hace falta para que el olivar sea, en este país, patrimonio inmaterial de todos sus habitantes, incardinado en su historia, en su idiosincrasia y, por supuesto, en su cocina.

Hace dos años fue aprobado el 26 de noviembre como el Día Mundial del Olivo por la Unesco. Se trata de una fecha simbólica que viene a conmemorar ese vínculo que cada uno de nosotros tenemos con el olivar; con olivos milenarios que han jalonado la historia de nuestros antepasados, que evocan nuestra infancia y que han sido testigos de tantas generaciones de almazareros que dedicaron su vida al cuidado de su fruto.

Ese liderazgo mantenido a lo largo de los años nos ha obligado, irremediablemente, a posicionarnos en la vanguardia de las transformaciones que ha sufrido el sector, reconvirtiéndose a nuevas plantaciones más modernas y eficientes, adaptadas a las necesidades y demandas. Un proceso de reconversión que está siendo duro y costoso, y que no siempre ha contado con el apoyo necesario por parte de los organismos y administraciones competentes. Por este motivo, el Día Mundial del Olivo también es el día de reivindicar el esfuerzo de un sector que está impulsando esta transformación a pulmón, con el único apoyo de su trabajo diario y de su patrimonio.

Las almazaras industriales representamos el 35% del sector productor, constituyendo, por tanto, una parte muy importante en la divulgación de la cultura del aceite de oliva virgen extra. En este sentido, el sector ha sido el primero en apostar por la calidad y la recogida temprana de la aceituna para obtener esos AOVEs que tantos premios han recogido en los ámbitos nacional e internacional. Hemos creído y creemos firmemente en la necesidad de implantar distintivos de calidad que diferencien nuestro producto, que se reconozca dentro y fuera de nuestro país la calidad de nuestros aceites, contenidos en envases más cuidados e innovadores. Todo, con el único fin de que el consumidor aprenda a apreciar un producto que es único en el mundo.

Hoy es un día para reivindicar el olivo como patrimonio de nuestra tierra, pero también para ser conscientes de la importancia de cuidar y mimar este cultivo como nuestro bien más preciado. Porque, si no lo hacemos nosotros como líderes mundiales, ¿quién lo hará?.