El oleoturismo es una tipología turística de interés especial que se está consolidando en los últimos años en los principales territorios productores de aceite de oliva. Tradicionalmente, quienes nos dedicamos a su estudio, venimos justificando su importancia por dos razones principales. Desde la perspectiva de los gestores públicos, ofrece interesantes oportunidades como una alternativa real de diversificación económica, fijación de la población y puesta en valor de recursos endógenos en el medio rural; y, desde la perspectiva de las empresas, se entiende como una actividad complementaria que contribuye a potenciar la actividad principal (la producción y comercialización de aceite de oliva), fortaleciendo su capacidad de competir, al permitirles reducir la estacionalidad, generar barreras de entrada a través de la singularización de su oferta y fidelizar al cliente.
Pero hay una tercera razón, también fundamental, para potenciar el oleoturismo. Se trata de su capacidad para contribuir a promover y difundir la cultura del AOVE, a través de un conjunto de herramientas que vienen a responder a las necesidades del nuevo turista, ávido por descubrir, experimentar, participar y aprender de forma más íntima sobre aspectos de la vida cotidiana de los destinos que visita.
Las instalaciones oleoturísticas (desde las almazaras a las oleotecas, pasando por los museos, los centros de interpretación o incluso los restaurantes especializados) son herramientas de un enorme potencial para la generación de un volumen creciente de experiencias turísticas con las que promocionar y difundir la cultura del olivar y el aceite de oliva virgen extra.
En este contexto, hay que hacer referencia a dos términos anglosajones que son fundamentales a la hora de aprovechar el potencial del oleoturismo como instrumento para divulgar la cultura del AOVE: infotainment y edutainment.
El concepto de infotainment hace referencia a la necesidad de transmitir información al turista sobre la cultura del olivar y el aceite de oliva bajo fórmulas de entretenimiento. Para recién iniciados en este mundo del AOVE, como es el caso de la mayoría de los oleoturistas, la gran cantidad de información que en muy poco tiempo reciben, por ejemplo, en una visita a una almazara sobre las diferentes fases del proceso de elaboración del aceite de oliva, puede generar su desconexión y que la visita se le haga absolutamente tediosa, si este proceso no se realiza de forma entretenida y a través de herramientas de comunicación e interpretación adecuadas.
De forma similar, el concepto de edutainment se refiere a la combinación del contenido educativo con elementos lúdicos, para entretener. El planteamiento es parecido al anterior. Una cata de aceite, por ejemplo, puede ser muy entretenida y cumplir el objetivo de dar a conocer los atributos sensoriales del aceite si el catador, al que se le presuponen todas las cualidades técnicas, es capaz, además, de divertir a los turistas. De esta forma, conseguirá educarlos en la cultura del aceite. De lo contrario, la cata se convertirá en un aburrimiento y no se habrán conseguido los objetivos marcados.
Ambas cuestiones implican que la oferta oleoturística tiene ante sí el reto de incorporar este tipo de técnicas y herramientas para llegar al turista y generar en él una experiencia única, de manera que éste termine aprendiendo la cultura del olivar y el aceite de oliva virgen extra y, en última instancia, fidelizándose en su consumo.
