En primer lugar, tenemos que empezar a pensar quién es nuestro cliente y hablarle de un modo comprensible. Partiendo de esa base, hay que tener en cuenta que nuestro cliente, en un porcentaje muy alto, no sabe siquiera qué es el AOVE, pero nos empeñamos en tratarle como si formara parte del sector. El comienzo de la comunicación ya es un error en si mismo que, además, nos limita geográficamente o al menos lingüísticamente porque un anglosajón no va a entender absolutamente nada.
Al continuar con el resto de la comunicación que rodea al aceite de oliva virgen extra, como la variedad de la aceituna (picual, arbequina, hojiblanca...), ¿creemos que el consumidor debe tener un master en olivar? Al consumidor hay que indicarle las propiedades y las características de cada una -arbequina más suave, y picual más intenso y amargo- e incluso sus usos. ¡Esto es lo que el consumidor entiende!
A partir de este punto, en el que el consumidor nos entiende y la comunicación deja de ser tan endogámica, hay que saber dónde se encuentra ahora ese consumidor y cómo hay que comunicarse con él, porque el lineal del supermercado va a ser -aunque cada vez menos- el que decida la compra. Aún es el canal de venta más importante, pero el mundo está cambiando y no podemos bajarnos del tren.
Imagina a una persona recién emancipada que necesita aceite, va a comprarlo y no le ha preguntado nada a su madre; las posibilidades son infinitas pero ¿y si lo adquiere por Amazon? ¿cuál va a comprar? Probablemente en ese caso realice una búsqueda en Google sobre los “mejores aceites de oliva” -no va a buscar aceite de oliva virgen extra porque no conoce la diferencia- y se va a fiar, decidiendo por precio o por recomendaciones. ¡Ahí es donde debemos estar!
Estos canales de comunicación están mucho más orientados a ciertos segmentos de la población y permiten incluso realizar una comunicación más precisa. Si un influencer gastronómico recomienda un aceite para los helados y parte de la comunicación tiene que ver con que la consistencia y el sabor del helado precisamente se debe a esa marca en concreto, ya se está rodeando de un halo de exclusividad, la misma que se ha intentado ofrecer con el packaging de AOVEs Premium.
Esta personalización nos llevará también a conocer mejor cada segmento de consumidores con el objetivo de ofrecerles un mejor contenido y ayudarles en la medida de lo posible. Para ello, en muchas ocasiones, deberemos preguntarles, no tengamos miedo. Un consumidor es probable que nos quiera ayudar con herramientas digitales sencillas y rápidas, por lo que no existen barreras entro lo digital y lo físico, ya que disponemos siempre de un teléfono móvil.
Mi recomendación es que intentemos conseguir una comunicación directa con estos consumidores, ya que nos va a permitir escucharles y crecer juntos.
