Resulta que una selección de zumos del país transalpino dejará la Tierra en la primavera del año que viene para llegar a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) gracias a una oportunidad de vuelo de la Agencia Espacial Italiana. Así lo anunció este organismo con motivo del Día Mundial del Olivo celebrado el pasado 26 de noviembre, en un proyecto en el que colaboran Coldiretti y el Consorzio Olivicolo Italiano (Unaprol). Parte de los cuatro AOVEs Premium seleccionados para la ocasión se destinarán a la elaboración de los menús de la tripulación de la Expedición 67/68, de la que forma parte la astronauta italiana Samantha Cristoforetti. Los zumos, muy distintos entre ellos y etiquetados en función de la intensidad y el perfil sensorial, estarán a disposición de la tripulación para acompañar la carne, el pescado, las verduras y, el último de ellos, para potenciar los sabores más intensos. La Agencia Espacial Italiana ha querido destacar la importancia de este proyecto, que nace para poner en valor la importancia del patrimonio agroalimentario italiano y dar a conocer un activo nacional estratégico para las exportaciones del país, así como para ayudar a mejorar la nutrición de los astronautas, una cuestión vital para su salud a bordo de la ISS. ¡Qué envidia me da leer este tipo de iniciativas! Envidia de la sana, eso sí. Porque en esta carrera -espacial o no- ganamos todos. Lejos de las trasnochadas rencillas acerca del origen del AOVE en cuestión, que este alimento milenario llegue al espacio -y la consiguiente repercusión internacional que debería lograr esta noticia- es algo que nos beneficia a todos los que queremos que se incremente su consumo... ¡y su cultura! Hablando de cultura, y del séptimo arte: el otro día, en el estreno de La Casa Gucci, del director británico Ridley Scott, uno de sus protagonistas sorprendió a la prensa y a los fans asegurando que para preparar su papel en la cinta “tenía aceite de oliva por sangre y esnifaba rayas de salsa arrabiata”. El actor Jared Leto, que vida a Paolo Gucci, uno de los herederos del imperio que fue repudiado por su padre, dijo que el rodaje de la película supuso una inmersión tan profunda “que si me hicieran una biopsia de la piel, ¡saldría queso parmesano!” Con estos ejemplos gastronómicos provocó las carcajadas de todos los asistentes al estreno y, de paso, promocionó los alimentos Made in Italy más típicos. Porque, por desgracia, para mucha gente de este planeta el aceite de oliva sigue siendo patrimonio exclusivo de Italia. Y, encima, a partir de 2022, ¡también en el espacio! ¿Cuándo empezaremos a ponernos las pilas?