www.mercacei.com
Un sector con presente y futuro

Un sector con presente y futuro

Álvaro Barrera
Presidente de Ecovalia

La olivicultura es, quizás, el sector que más madurez tiene en el ámbito de la producción ecológica. Además, es uno de los que más ha evolucionado y ha registrado uno de los mayores crecimientos en los últimos años. El sector se ha adaptado a la demanda del consumidor que busca, cada vez más, productos saludables, de alta calidad y, por qué no, respetuosos con el medio ambiente. Cualidades que definen al aceite de oliva virgen extra ecológico.

El olivar ha crecido notablemente en la última década. Así, mientras que en 2010 la superficie total de olivar ecológico en España se situaba en 126.328,26 hectáreas, la cifra ha ido aumentando hasta alcanzar las 256.507 hectáreas que se registraron en 2021, año en el que se contabilizaban ya más de 1.000 almazaras de aceite de oliva ecológico en todo el territorio nacional.

¿Por qué se ha desarrollado de esta manera el olivar ecológico? Por dos cuestiones: una agronómica y otra de demanda. La agronómica, por la facilidad de conversión, al tener más conocimientos del cultivo y herramientas tecnológicas. Y una segunda, un consumo que aumenta y un precio mantenido que evita los altibajos de su homólogo en convencional. Pero no podemos olvidar la apuesta que, desde la Unión Europea, se hizo por los cultivos ecológicos dotándolos de ayudas desde 1996, las cuales han contribuido notablemente a su expansión, especialmente en Comunidades que han apostado por ellos, tales como Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura.

Los factores de salud y medio ambiente han sido tradicionalmente los elementos fundamentales que han marcado la toma de decisión a la hora de la compra de un alimento ecológico. El consumidor, de naturaleza egoísta, ha antepuesto durante mucho tiempo los criterios de salud por encima de los ambientales a la hora de decantarse por comprar un aceite ecológico. Esta situación ha cambiado.

En los últimos años, la incidencia cada vez más patente de los efectos del cambio climático ha despertado la conciencia ambiental del consumidor medio, especialmente de los más jóvenes, siendo una de las causas del inicio en el consumo de productos ecológicos, entre ellos, del aceite de oliva.

Pero, entre un aceite de oliva convencional y un aceite de oliva ecológico hay un elemento diferenciador. El aceite de oliva ecológico contribuye al mantenimiento del suelo y a la fijación de población rural. Además, el aceite de oliva ecológico contribuye a la lucha contra el cambio climático con un balance negativo en la emisión de CO2; esto es, un olivar ecológico es un sumidero de carbono. No solo no emite, sino que absorbe CO2. El olivar convencional emite 1,7 kg CO2 eq./litro frente al -0,1 kg./litro de CO2 del ecológico.

Es obvio que quien debe entender y apreciar las cualidades del aceite de oliva ecológico y asumir la existencia de un diferencial “razonable” es el consumidor, el cual, a tenor de los datos, lo asume cada vez más, puesto que el consumo crece.

No obstante, aún queda mucho camino por recorrer, como son los mercados de EEUU -líder en consumo orgánico- y otros como México o Japón, con el mayor diferencial de precios para nuestro aceite ecológico.