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García de la Cruz, 150 años apostando por la calidad y la sostenibilidad

García de la Cruz, 150 años apostando por la calidad y la sostenibilidad

Inmaculada Vega
Marketing Manager de Aceites García de la Cruz

García de la Cruz ha plantado y cuidado sus olivos desde 1872 y en cada cosecha ha trabajado para conseguir la más alta calidad del zumo que de ellos se obtiene: el aceite de oliva virgen extra. Son ya 150 años los que la familia García de la Cruz lleva dedicándose a la producción y elaboración de AOVE. Un dato que constituye, sin duda, la mejor carta de presentación.

Actualmente está presente en los cinco continentes, llegando a más de 42 países con una amplia gama de envases. Cuenta con las más importantes certificaciones de calidad a nivel internacional que garantizan la calidad de su aceite en el mundo de la alimentación; así como con el know how aprendido a lo largo de todo este tiempo que, combinado con las nuevas tecnologías, le permite producir su AOVE de manera sostenible, trabajando por el fomento y desarrollo de la biodiversidad en sus olivares para que lleguen a la próxima generación de consumidores igual de saludables que los recibieron de sus antepasados.

Y es que, hace ya más de una década, una “máxima” se implantó en esta compañía: la apuesta por la sostenibilidad. Desde entonces, García de la Cruz ha ido implantando diferentes medidas relacionadas con el cuidado del medio que le han permitido recolectar una buena cosecha de premios relacionados con esta materia, como resultado de muchos años de trabajo y esfuerzo. Un proceso que se inició en 2008, con la reconversión del olivar a cultivo ecológico para eliminar todos los abonos químicos. El ahorro de agua ha constituido otro de sus grandes retos, de ahí que se utilizase el riego por goteo a base de energía solar, complementado con sondas de humedad que permiten conocer la humedad de la tierra a diferentes profundidades para ajustar los ciclos de riego (cantidad, frecuencia y duración) y sólo emplear el agua necesaria, logrando ahorros muy importantes.

El desarrollo tecnológico también ha permitido a García de la Cruz implementar la agricultura de precisión basada en la teledetección híbrida. Este sistema, a base de drones, forma parte de la “revolución digital agrícola” para la ayuda en la toma de decisiones, optimizando la gestión del cultivo para proteger el medio ambiente.

El fomento y desarrollo de la biodiversidad ha supuesto otro gran reto. Para ello, se firmó un acuerdo de colaboración con la Fundación Ecologista Global Nature y la empresa también ha sido seleccionada para formar parte del proyecto Olivares Vivos, con el objetivo de mantener y recuperar la flora y la fauna autóctonas. La economía circular también llegó a García de la Cruz mediante el establecimiento una planta de mezcla en la que, a través de los residuos generados en el proceso de elaboración del AOVE, se elaboran sus propios abonos orgánicos para los olivares, devolviendo al campo lo que del campo proviene. Pero su compromiso con el medio ambiente no se queda únicamente en el campo. Parte de los envases en los que se comercializa su aceite son 100% reciclados y se está trabajando para que todos lo sean. Además, la empresa también trabaja de forma activa en los ODS para lograr los objetivos marcados por la Agenda 2030.