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Líderes mundiales en calidad y producción sostenible

Líderes mundiales en calidad y producción sostenible

Pedro Barato
Presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español

Cuando echo la vista atrás, no deja de sorprenderme lo mucho que ha cambiado este sector en las tres últimas décadas. Creo que no es exagerado hablar de revolución. Aunque, si repasamos lo ocurrido en estos 30 años, deberíamos hablar más bien de grandes saltos que nos han llevado a la situación en la que nos encontramos ahora. En los 90’s vivimos los resultados de la transformación del cultivo y de nuestra industria. Las producciones crecieron hasta alcanzar un liderazgo que ya no hemos abandonado. A partir de ahí asumimos que producir más aceite era sólo un primer paso. Nos pusimos a trabajar hasta alcanzar también el liderazgo de la calidad y la comercialización. Ahora tenemos el producto, la calidad y la capacidad para venderlo en cualquier lugar del mundo.

Pero hay un hito en el que muy poca gente reparó en su momento, justo al inicio de la última década del siglo XX. El 22 de julio de 1991 entraba en vigor el Reglamento que daba carta de naturaleza a la producción ecológica en la entonces Comunidad Económica Europea. Era la respuesta de Europa a la inquietud que una parte de la sociedad había mostrado en la década de los 80 por un modelo de producción más respetuosa con el medio ambiente. Lo que en su momento se pudo ver como una curiosidad, ahora es una tendencia bien asentada en una parte de los consumidores mundiales. Parte de nuestros clientes ya no se conforman con un producto de calidad, avalado por su origen en España. Ahora quieren saber qué efecto tiene sobre el clima aquello que comen, el agua y la tierra. O, lo que es lo mismo, nos piden que como productores también cuidemos del planeta.

Nuestro sector ha sabido estar a la altura. Ahora mismo somos uno de los países líderes mundiales en producción respetuosa con el medio ambiente. En 30 años hemos pasado de poco más de 4.000 hectáreas a superar los 2,6 millones en producción ecológica. Y, de nuevo, el sector de los aceites de oliva ha sido pionero en esa transformación. Ahora mismo somos líderes en superficie entre los cultivos permanentes con 256.000 hectáreas en ecológico. Sin olvidar el enorme peso que posee la Producción Integrada en nuestro olivar, que añade una superficie de al menos otras 400.000 hectáreas. Eso significa que más de un cuarto del olivar para almazara de nuestro país se cultiva siguiendo prácticas que minimizan al máximo su efecto sobre el medio. Una masa crítica que, además de permitirnos satisfacer la creciente demanda de consumidores de todo el mundo, nos coloca en una posición de ventaja para la nueva transformación que se avecina en el sector agro europeo, llamado a ser mucho más “verde”; algo que, por supuesto, no va a resultar sencillo. Exigirá muchos esfuerzos, pero estoy convencido de que volveremos a demostrar que podemos con todos los retos.