La Mancomunidad Taula del Sénia está formada por 27 municipios de tres Comunidades Autónomas (C. Valenciana, Cataluña y Aragón) y tiene inventariados en su territorio más de 6.500 olivos milenarios o monumentales. El Sistema Agrícola Olivos Milenarios del Territorio Sénia, elaborado y presentado por la Mancomunidad Taula del Sénia, ha sido reconocido por la FAO como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) en 2018. Este sistema agrícola no sólo constituye un testigo vivo de la historia, sino que además representa una fuente de innovación y de resiliencia para el futuro.
El cultivo del olivo en el Territorio Sénia se caracteriza por una singular adaptación espacial y cuenta con una larga y fecunda tradición histórica que hunde sus raíces en los primeros procesos de domesticación agraria, con un papel central en la historia, la economía, la cultura, la ecología y la belleza de sus paisajes. En sus campos de olivos de secano encontramos variedades que son casi exclusivamente las tradicionales de la zona (farga, morruda, sevillenca y empeltre), lo que confiere al paisaje personalidad y autenticidad. Otro rasgo distintivo es la baja densidad de plantación, entre 50 y 100 olivos por hectárea.
Los campos de olivos del Territorio Sénia poseen todos ellos un elemento común, que son las construcciones de piedra seca -márgenes, muros, casetas, etc.- y las valonas, que protegen y rodean a los olivos en las zonas más castigadas por los fuertes vientos.
Las valonas o tronas son construcciones circulares de piedra seca que rodean el tronco de un árbol para protegerlo de los fuertes vientos y que, además, reportan otros beneficios importantes para los agricultores. Así, ayudan al crecimiento y desarrollo del árbol; retienen el agua de lluvia y conservan la humedad; contribuyen a la biodiversidad y el control de plagas; y aprovechan la piedra extraída sobrante de los terrenos recuperados. Es evidente que, al retener mejor el agua de lluvia que se almacena alrededor del tronco del árbol y de sus raíces principales, las valonas ayudan a superar mejor las épocas de fuertes sequías, muy frecuentes en toda la Cuenca Mediterránea, más aún con el cambio climático.
Este tipo de construcción abunda en la zona mediterránea de España, en especial en Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde es una de las piezas fundamentales del paisaje de olivos tradicionales y de secano, y alcanza su mayor expresión en el Territorio Sénia, donde se encuentra la mayor concentración de olivos milenarios o monumentales.
Las valonas, declaradas por la FAO en 2021 TECA (tecnologías y prácticas para pequeños productores agrícolas), han sido y son la expresión de la simbiosis perfecta entre el olivo y la piedra seca, ya que la imagen de una valona protegiendo, rodeando y casi abrazando al olivo es un testimonio gráfico, a la vez que paisajístico y poético, de esta unión entre la naturaleza y la acción del hombre (https://teca.apps.fao.org/teca/es/technologies/10074).
