La Fundación de Caja Rural en Sevilla ha acogido recientemente la presentación de los resultados finales de los tres proyectos de investigación desarrollados: "Sostenibilidad del sector de la aceituna de mesa sevillana: mirando al pasado para afrontar el futuro"; "El olivar de la aceituna de mesa sevillana: diagnóstico y cadena de valor"; y “Sostenibilidad del sector de la aceituna sevillana de las variedades manzanilla y gordal con Indicación Geográfica Protegida en base a la georreferenciación de parcelas”. Todos ellos elaborados por un equipo de investigación formado por los profesores titulares de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, la Facultad de Geografía e Historia y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla, integrados por Rocío Yñiguez Ovando, Eva M.ª Buitrago Esquinas, Javier Navarro Lunas y M. David García Brenes.
Estos trabajos, según la IGP, representan un paso significativo en la vinculación del conocimiento ancestral del sector olivarero y el rigor académico, subrayando el rol del Consejo Regulador en la preservación de la excelencia y la autenticidad de las aceitunas de mesa sevillanas.
En concreto, el primer estudio, "Sostenibilidad del sector de la aceituna de mesa sevillana: mirando al pasado para afrontar el futuro", reconstruye un siglo de comercio a través del río Guadalquivir, desvelando un flujo impresionante de 95 millones de kilos anuales de aceitunas en la década de los 50 y las posteriores transformaciones en el transporte que moldearon su distribución.
A partir de la información conservada en los Archivos Históricos del Puerto de Sevilla y la Cámara de Comercio de Sevilla, se ha reconstruido la serie histórica de salidas de aceituna de mesa sevillana a través del Guadalquivir para un siglo: 1891-1991.
Estos datos confirman la enorme relevancia que este producto ha tenido para la actividad comercial del Puerto de Sevilla y para la vida de la ciudad. Así, en 1933 se convirtió en el primer producto por volumen de salidas del Puerto y en 1946 llegó a suponer el 29,9% del total de salidas.
Aun con irregularidades (derivadas principalmente de las contiendas bélicas, las circunstancias políticas o de condiciones meteorológicas), la tendencia general del comercio de aceituna de mesa a través del Guadalquivir fue creciente hasta la década de los 60, alcanzando un máximo en 1960 con un total de salidas de 94.887.000 kg. A partir de entonces, los rápidos avances en los transportes terrestres hicieron que estos fueran más rápidos, flexibles y baratos y que gran parte de la actividad comercial del Puerto de Sevilla se trasladara a otros puertos, en el caso de la aceituna, principalmente al Puerto de Algeciras.
En la mayor parte del periodo analizado, el comercio exterior fue el motor de los movimientos de aceitunas a través del Puerto, concretamente el realizado en régimen de navegación de altura y con destino a Estados Unidos. De hecho, durante la primera mitad del siglo XX se armaron barcos específicos para el transporte de aceitunas con destino a puertos americanos, desde el muelle de Nueva York del Puerto de Sevilla (llamado así, precisamente por ser uno de los destinos principales).
La cadena de valor del olivar sevillano
La segunda parte, "El olivar de la aceituna de mesa sevillana: diagnóstico y cadena de valor", profundiza en la evolución reciente de las variedades manzanilla y gordal, analizando la cadena de valor y la rentabilidad, reforzando la relevancia de la IGP en la consolidación del sector.
En este estudio se arroja luz sobre el estado actual y la importancia de las Aceitunas Manzanilla y Gordal de Sevilla con Indicación Geográfica Protegida. La investigación revela una disminución significativa en la superficie de cultivo de la aceituna manzanilla en Sevilla, con una reducción de más de 20.000 hectáreas y un descenso de aproximadamente 1.000 hectáreas para la aceituna gordal en los últimos 20 años. Este cambio se atribuye parcialmente a la transición hacia variedades de aceitunas más rentables económicamente y mecanizables, como la hojiblanca y la arbequina.
Según recoge, los olivares tradicionales de mesa de Sevilla enfrentan una crisis debido a la baja rentabilidad económica y altos costes de producción, especialmente en lo que respecta a la manzanilla y la gordal. Los costes de producción, exacerbados por factores como la escasez de agua y el aumento de los precios de los insumos, han aumentado significativamente, "poniendo en riesgo el modo de vida rural y la preservación de estas variedades emblemáticas".
A pesar de estos desafíos, el estudio también destaca una disparidad en la cadena de valor. Así, señala que "mientras que muchos agricultores sufren pérdidas, las grandes cadenas de supermercados obtienen márgenes brutos significativos". Según detalla, la implementación de acciones cooperativas ha sido un paso positivo para mejorar la negociación y la consolidación de la producción, pero aún queda mucho por hacer.
Asimismo, subraya que el sello de calidad de la IGP ha sido un factor clave en la diferenciación y generación de valor para las empresas comercializadoras. Sin embargo, su bajo uso en el mercado resalta la necesidad de una mayor promoción y reconocimiento de estas aceitunas en el mercado alimentario.
Finalmente, el estudio critica el marco regulador de la PAC 2023-2027 por no abordar adecuadamente las necesidades específicas del sector de la aceituna de mesa, enfatizando la necesidad de buscar vías alternativas con apoyo tanto público como privado para mejorar la situación. Además, subraya la importancia cultural y económica de las Aceitunas Manzanilla y Gordal de Sevilla con IGP y llama a una acción conjunta para salvaguardar su futuro.
Georreferenciación: sostenibilidad y repercusión socioeconómica
El tercer estudio aporta una visión geográfica innovadora, evaluando la sostenibilidad y el impacto socioeconómico del cultivo, subrayando la importancia de mantener viva esta tradición agraria.
El Consejo Regulador ha remarcado que la modernización del campo como cualquier otro sector productivo que busque su sostenibilidad en el tiempo debe aprovechar las oportunidades que ofrece la digitalización en su sentido más amplio. Y esto es precisamente lo que se ha hecho en el trabajo sobre la georefrenciación de las parcelas de olivar adscritas a la Indicación Geográfica Protegida encargado a un equipo multidisciplinar de investigadores de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla.
El uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG) para el análisis e interpretación de hechos y procesos espaciales permite, por una parte, la aplicación de procedimientos de georreferenciación de la información geográfica y su digitalización, y por otra la elaboración de diagnósticos territoriales a partir de una cartografía generada con los datos obtenidos.
En este trabajo se ha dibujado el retrato georreferencial de las parcelas del olivar de la aceituna de mesa sevillano a nivel general y de forma particular las adscritas a la Indicación Geográfica Protegida Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla de los principales municipios olivareros de la provincia.
El perfil georreferencial recoge características agro-geográficas, como el uso de las parcelas olivar de mesa, la variedad de aceituna cultivada, el sistema de uso de los recursos hídricos (regadío y secano), el nivel de pendiente o el grado de erosión de las parcelas. Todo ello permite contar con una herramienta de análisis y valoración de su grado de sostenibilidad so solo económica, sino también social y medioambiental.
Desafíos y futuro
Según el Consejo Regulador de este sello, los recientes estudios, en colaboración con la Universidad de Sevilla, han puesto de manifiesto que "la supervivencia de los olivares tradicionales de las variedades manzanilla y gordal en Sevilla se encuentran en una encrucijada crítica". Esta situación no solo representa un desafío económico, sino también una amenaza para el mantenimiento de un modo de vida rural arraigado y valioso culturalmente.
A su vez, asegura que los olivares se enfrentan a desafíos multifacéticos, incluyendo la presión económica por costos de producción crecientes, competencia con variedades más rentables y mecanizables, y una disminución en la superficie de cultivo. Además, el cambio climático y la escasez de recursos hídricos exigen adaptaciones urgentes para garantizar la sostenibilidad ambiental de estos cultivos históricos.
Ante esta realidad, el Consejo Regulador de las IGP Aceitunas Manzanilla y Gordal de Sevilla ha adoptado una estrategia proactiva, enfocándose en la diferenciación y valorización de estas variedades en el mercado internacional. La iniciativa busca no solo preservar la reputación histórica de la aceituna de mesa Sevillana, sino también revitalizar su valor económico y cultural. Este enfoque incluye esfuerzos en marketing y promoción, sensibilización de nuevas generaciones, educación del consumidor y la búsqueda de nuevos mercados que aprecien la singularidad y calidad superior de estas aceitunas.
Para la entidad, la colaboración con la Universidad de Sevilla es un claro ejemplo de esta estrategia. A través de la investigación y la innovación, se está trabajando en el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles y eficientes, que no solo mejoren la rentabilidad de los olivares, sino que también contribuyan a la conservación del paisaje rural y la biodiversidad.
También se están explorando políticas y medidas de apoyo específicas que puedan ser implementadas tanto a nivel local como nacional, incluyendo incentivos para agricultores que mantengan y cultiven estas variedades tradicionales, y esfuerzos para mejorar la cadena de valor, desde la producción hasta la comercialización.
