No cabe duda de que el AOVE es un producto fundamental en la cultura y la economía de nuestro país; no en vano España es el mayor productor mundial de aceite de oliva. Nuestros aceites se consumen no sólo en nuestro país, sino también en todo el mundo, donde cada vez cuentan con mayor reconocimiento.
Este hecho no influye únicamente desde un punto de vista meramente económico, sino que marca la cultura y sociedad de nuestro país de forma profunda y muy relevante. Y es que el AOVE no es sólo un producto. Tras la producción del aceite de oliva existe toda una tradición de origen milenario, diferencial y única que articula no sólo a un sector productivo, sino que es parte esencial de la cultura y sociedad en la que vivimos.
Mi abuelo, Miguel Gallego Núñez, fundador de MIGASA, tuvo ya esa visión y fue capaz de entender y transmitirnos la importancia de nuestros aceites, percibiéndolos no sólo como producto de alto valor desde el punto de vista del sabor y de su momento de consumo, sino también como un sector con gran trascendencia y de futuro. Esa visión nos ha traído hasta aquí: hoy MIGASA es la primera empresa agroalimentaria de Andalucía por volumen de facturación y el principal exportador de aceite de España, con presencia global en más de 120 países.
Y al igual que el propio aceite de oliva, este sector es más que eso. Detrás de cada gota de AOVE hay todo un sector productivo, nuestros agricultores, que vertebran el territorio, que dan vida al campo, que cuidan el olivar convirtiéndolo en parte de nuestra identidad colectiva, que dan lo mejor de sí mismos para obtener un producto que, además de estar presente en cada plato de nuestras mesas, exportamos y es bandera de nuestra gastronomía y de nuestra saludable Dieta Mediterránea.
En nuestra empresa estamos enormemente agradecidos a estos agricultores porque sin ellos, sin su trabajo, dedicación y esfuerzo constantes -conviene no perder de vista las dificultades que ha atravesado el olivar en estos últimos tiempos debido a la sequía-, nada de esto sería posible. Ni la cultura del aceite que tanto nos apasiona, ni nuestros productos.
Por eso, en MIGASA trabajamos cada día para estar de su lado, poniendo todos los medios y a los mejores profesionales para que ese producto que han cultivado con tanto cuidado y trabajo, que tiene detrás todo ese valor añadido que muchas veces no se reconoce a simple vista, tenga mayores oportunidades, se traslade a consumidores que van a valorarlo dentro y fuera de nuestras fronteras, y alcance su justo valor en el mercado contribuyendo a hacer sostenible en el presente y en el futuro un sector que es más que eso: es una forma de vida para miles de familias, es nuestra cultura, es parte de lo que somos hoy y de lo que queremos ser.
