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Actuar sobre el presente para mejorar nuestro futuro

Actuar sobre el presente para mejorar nuestro futuro

Por Iñaki Benito Otazu
Director-gerente de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero

El Día Mundial del Olivo se ha consolidado desde hace ya unos cuantos años en las agendas y calendarios de todos los que nos dedicamos al sector del olivar. Es una fecha señalada que suele incitar a la reflexión. El comienzo de una nueva campaña, siempre diferente a la anterior, centra las conversaciones. ¿A cuántas toneladas llegaremos este año? ¿Cuáles son las expectativas del resto de países productores? ¿Se mantendrán los precios en origen? ¿Y si llueve de forma abundante en primavera?

Al margen de todas estas preguntas tan habituales que se repiten anualmente, este día también invita a pensar en lo que nos deparará el medio y largo plazo, en buena parte para fijar objetivos e ir trazando la estrategia adecuada para conseguirlos. No obstante, este número de la publicación que Mercacei dedica a esta efeméride se presenta especialmente desafiante, al invitarnos a augurar cómo será el sector en 2050.

Entendiendo que es un momento para dar rienda suelta a la imaginación, empiezo visualizando un 2050 en el que la gestión hídrica en nuestro país ha representado un éxito tan rotundo durante los últimos 25 años que es incluso un modelo admirado a nivel internacional. Las plantaciones intensivas copan ya el 70% de la superficie olivarera en nuestro país. Además, la investigación varietal y la lucha contra nuevas plagas han centrado el foco de los recursos de las administraciones públicas y del sector, habiéndose logrado grandes avances. Con todo ello, las producciones nacionales han superado ya los tres millones de toneladas y gozan de un grandísimo reconocimiento internacional.

Las almazaras, algo menos de 1.000 en España, y gestionadas por personal altamente cualificado, molturan la aceituna mayoritariamente desde octubre hasta diciembre, momento a partir del cual cierran sus puertas, convirtiéndose muchas de ellas en atractivo turístico donde se celebran múltiples actividades de interés.

La industria envasadora ha ganado en eficiencia, se encuentra muy concentrada, habiendo ganado poder de negociación frente a sus compradores nacionales e internacionales. Las marcas españolas son ampliamente reconocidas en los mercados mundiales. Además, se ha producido una gran integración vertical en la cadena, ejerciéndose de esta manera un mayor control de todos los procesos en aras de ofrecer al consumidor un producto con los mayores estándares de calidad y de seguridad.

El consumidor ha variado sustancialmente sus hábitos de compra, realizándolas principalmente -excepto las generaciones más adultas- desde el sistema de inteligencia artificial que posee en su cocina, el cual le sugiere, ya desde hace años, sus necesidades alimenticias en función de su genoma. El aceite de oliva es un producto que figura en todas las recomendaciones nutricionales y es habitual verlo asociado con adjetivos como cardiosaludable.

En 2050 celebramos -cómo no- una nueva edición del Día Mundial del Olivo, constatando la gran evolución que ha experimentado el sector y sintiéndonos muy orgullosos de lo mucho que ha contribuido a la dinamización económica de nuestro país. ¡Felicidades!