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Ramas de olivo y aceite de oliva para el mundo

Ramas de olivo y aceite de oliva para el mundo

Luis Planas Puchades
Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

Dedicar un Día Mundial al olivo es toda una declaración sobre su importancia y el largo alcance de su significado, que siempre se ha asociado a las más altas aspiraciones humanas, entre ellas la paz. Precisamente, la ausencia de paz hoy en el mundo nos obliga a conmemorar el Día del Olivo de 2023 con la responsabilidad de situar su logro entre los principales objetivos de nuestro trabajo.

La paz y la seguridad alimentaria forman parte del mismo campo de acción. Los conflictos bélicos generan efectos perniciosos sobre los flujos alimentarios y amenazan con la escasez a las poblaciones vulnerables, eso sin contar con la expresión más extrema que es convertir los alimentos en armas de guerra.

Esta situación histórica se produce, además, en el marco de una plena transformación de los procesos productivos con el fin de responder de forma positiva a los desafíos que provoca el cambio climático. Y a este respecto, el olivo representa un aliado clave para afrontar la crisis del clima, así como para proteger el planeta y la salud de las personas que lo habitan.

Como cultivo, el olivar nos proporciona uno de los ecosistemas más ricos que existen y actúa como factor preventivo en la erosión de los suelos. Además, su gran capacidad para la fijación de gases de efecto invernadero lo convierten en un agente activo de la agricultura sostenible. También conviene recordar que el olivar es uno de los cultivos pioneros de la agricultura ecológica en España y uno de los que más superficie agraria útil ocupa.

Y, como fruto, el zumo de aceitunas -nuestro aceite de oliva- no deja de acumular estudios e investigaciones que le atribuyen cada vez más propiedades beneficiosas para la salud humana. Una de estas investigaciones predice la primera posición de España en el ranking mundial de esperanza de vida para el año 2040, gracias a las ventajas de la Dieta Mediterránea, donde la presencia del aceite de oliva es un elemento diferenciador.

A su simbología en aras de la paz, a su producción sostenible y a su función nutritiva se viene a sumar su gran valor cultural y paisajístico. Se trata del mayor bosque del mundo creado por la mano humana, todo un patrimonio que define y forma parte de la identidad de grandes zonas de nuestro territorio. Al mismo tiempo, la proverbial longevidad que caracteriza al olivo lo convierte en el testigo que pasa de generación en generación y crea una genealogía de personas vinculadas a su cultivo.

Todas esas virtudes y beneficios que nos ofrece el olivar, desde la tierra donde hunde sus raíces hasta la mesa donde envuelve nuestros alimentos en su seda oleosa, son sin duda las características que ha tenido en cuenta la UNESCO a la hora de dedicar un Día Mundial al olivo. Un día que los españoles y españolas ya sentimos orgullosamente como propio y que esperamos seguir celebrando tantos años como los que suma el bosque civilizado del olivar.