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Balance de la campaña 2023/24 en los principales países productores

Balance de la campaña 2023/24 en los principales países productores

martes 06 de febrero de 2024, 12:00h

Consultores y expertos internacionales del sector del aceite de oliva realizan en este artículo un balance de la campaña de producción 2023/24 en los principales países productores, marcada un año más por la sequía.

España

El director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco, asegura que la campaña se ha desarrollado como se esperaba, con una producción limitada que apunta a un dato final muy similar al vaticinado por el aforo oficial, en torno a 760.000 toneladas de aceite de oliva.

Según precisa, los rendimientos grasos han sido más bajos que la media, en torno a 2 puntos menos que el rendimiento graso medio de España, dependiendo de la zona.

En cuanto a la calidad, Penco apunta que en general es buena, no habiendo especial incidencia de plagas como la mosca del olivo.

Italia

El director de la Associazione Nazionale Città dell'Olio, Antonio Balenzano, señala que la campaña oleícola 2023/24 en Italia es un 20% superior respecto al año anterior, que fue de 240.900 t. El sur de Italia se recuperó con un +34%, según datos del Ismea, mientras que el centro y el norte del país registraron una caída de alrededor del 30%.

Según subraya, la situación internacional de caída de la producción ha tenido un fuerte impacto en el aumento de los precios, que alcanzaron los 9 euros en la Bolsa de Andria. “Esto se refleja en una disminución del consumo que también afecta a Italia en favor de otros aceites y grasas”, lamenta.

Balenzano apunta que el cambio climático está influyendo significativamente en las últimas campañas oleícolas, lo que requiere un replanteamiento del cultivo del olivo "a través de la recualificación del territorio olivarero con cultivares autóctonos, que han sido resilientes durante cientos de años en los diversos territorios, superando diferentes calamidades climáticas".

Asimismo, considera que, como países productores, "debemos trabajar en la educación del consumidor con el fin de contrarrestar un inevitable cambio en el consumo hacia otras grasas debido al aumento de los precios con el objetivo de hacerle comprender el conjunto de valores que aporta el AOVE que, además de la calidad del producto, se refieren a la protección del medio ambiente y al mantenimiento del territorio, a los efectos beneficiosos para la salud y a la historia e identidad de las zonas de producción, elementos todos ellos que deben ser comunicados para una compra consciente".

Grecia

En cuanto a la situación en Grecia, el bróker especializado en el mercado griego Luigino Mazzei precisa que la campaña ya ha finalizado y que lamentablemente debido a unos rendimientos muy inferiores a las cifras normales y a la caída de las aceitunas por la antracnosis la producción total se estima en unas 110.000-120.000 toneladas como máximo.

Mazzei recuerda que ya a finales del mes de octubre se actualizó a la baja las previsiones de producción, lo que fue confirmado y acentuado durante la campaña. En ese momento apuntó que, tras el control en el territorio de Creta, se detectó una presencia generalizada de Gloesporium, enfermedad fúngica que provoca el ennegrecimiento y la sequedad de las aceitunas y, en consecuencia, su caída. Según detalló, esta enfermedad estaba presente en gran parte de la isla por la sequía. "La calidad también estaba muy por debajo de lo normal", remarca.

Túnez

El agente comercial y bróker italiano Adriano Caramia apunta que se han respetado las previsiones de cosecha para Túnez, ya que las últimas estimaciones proporcionadas por autoridades gubernamentales y expertos acuerdan una producción de 200.000-220.000 toneladas de aceite de oliva.

Según detalla, las regiones de Sidi Bouzid, Kairouan y Kasserine (centro-oeste) aportan aproximadamente el 35% de la producción total; las regiones del sur, aproximadamente el 28%; y el resto se distribuye equitativamente entre el centro-este y el norte.

También detalla que los rendimientos son bastante desiguales en relación con las condiciones pedo-climáticas, si bien el promedio nacional ronda el 20%, mientras que las calidades obtenidas son satisfactorias.

Caramia remarca que la recolección y el prensado aún están en curso, en torno al 75% de la producción global. En concreto, prevé una campaña intensa hasta finales de febrero, disminuyendo en los primeros días de marzo y finalizando completamente a principios de primavera.

Además, destaca que el sector ha experimentado numerosas vicisitudes ligadas al fuerte aumento de precios y a la consiguiente caída del consumo interno, con las medidas adoptadas por el Gobierno para permitir adquisiciones a precios asequibles a la población.

Asimismo, afirma que las exportaciones no cesan, especialmente hacia Europa y Estados Unidos (donde Túnez se sitúa en segundo posición entre los países exportadores). "El aumento de estos flujos de ventas, combinado con los precios récord, permiten al país norteafricano tener incrementos notables en ingresos", remarca.

Finalmente, resalta que las precipitaciones registradas hasta el momento suponen un gran alivio para los olivares, "y si llueve más generosamente hasta marzo/abril se prevé una cosecha futura abundante, considerando el excelente crecimiento vegetativo de las plantas hasta la fecha".

Marruecos

En cuanto a Marruecos, Noureddine Ouazzani, fundador y director de Agro-pôle Olivier, explica que las temperaturas excepcionalmente altas y los días muy calurosos en primavera y verano, combinados con la falta de lluvias y las temperaturas excepcionalmente altas registradas en septiembre y principios de octubre, han sido las principales características climáticas de esta campaña. Estas condiciones provocaron un fuerte estrés hídrico en los olivos y olivares de zonas áridas que han registrado una cosecha corta. "Afortunadamente, las precipitaciones de noviembre limitaron en cierta medida los daños en la producción prevista", añade.

A pesar de una producción relativamente superior a la del año pasado, apunta que las estimaciones actuales de los operadores del sector olivarero marroquí sitúan la producción entre 80.000 y 100.000 toneladas, lo que supone un descenso de entre el 35 y el 45% respecto a la producción de un año normal, estimada en 120.000-180.000 toneladas.

La mayor parte de esta producción procede de olivar tradicional de regadío y olivar intensivo, que este año ha experimentado un alto rendimiento por hectárea. Estos olivares de regadío (tradicionales e intensivos) representan aproximadamente el 30% de la superficie olivarera de Marruecos, estimada en 1.220.000 hectáreas. Actualmente, “estamos registrando una sequía excepcional en diferentes zonas olivareras marroquíes y si la falta de agua persiste la producción de aceite de oliva del próximo año se verá comprometida”, señala, al tiempo que precisa que esta situación ha tenido importantes repercusiones en el mercado local del aceite de oliva, con precios que oscilan entre 85 DH/litro y 100 DH/litro de aceite de oliva virgen extra y virgen en determinadas zonas oleícolas.

Turquía

Por su parte, Murat Küçükçakıre, ingeniero agrónomo y asesor de varios proyectos en Turquía y Azerbaiyán, asegura que tras la temporada récord 2022/23, se ha registrado un descenso de la producción. Así, según el Consejo Nacional del Olivar y del Aceite de Oliva, se estiman 179.000 toneladas de aceite de oliva y 442.000 toneladas de aceitunas de mesa, si bien, en mi opinión, "la realidad se sitúa por debajo de estas cifras".

También indica que en algunas regiones de cultivo en Turquía las precipitaciones han sido abundantes en los meses de otoño. "Aunque esto dificulta la cosecha, tendrá un impacto positivo en el rendimiento del próximo año", considera.

Portugal

En Portugal -ha informado Alberto Serralha, CEO de Sociedade Agrícola Ouro Vegetal, S.A. (SAOV), productor y consultor internacional de aceite de oliva-, la última cosecha ha sido muy similar a la anterior, caracterizada "por un mes de octubre muy caluroso, gran intensidad de lluvias, decepcionante producción y bastantes problemas relacionados con la calidad". En su opinión, la espera para una mejor acumulación de aceite en el fruto y las lluvias han ralentizado el inicio de cosecha de muchos productores, un retraso que en muchos casos ha provocado pérdidas cuantiosas de fruto en el suelo y problemas de sanidad. “Los reducidos rendimientos de la aceituna y la baja eficiencia del proceso industrial como consecuencia de los niveles récord de humedad en el fruto fueron permanentes desde finales de octubre”, añade.

En ese sentido, precisa que las cantidades producidas parecen ser similares a las de 2022, entre 120.000 y 150.000 toneladas. A su juicio, "la constante entrada en producción de nuevos olivares ayuda a que las cifras no sean todavía más negativas, mientras que el dato más positivo para el campo han sido los precios del aceite y la facilidad en venderlo". A su vez, subraya los suelos y embalses se han cargado de agua, y las plantaciones se presentan bien preparadas para una posible buena cosecha este año.