Una representación de la Sectorial Nacional del Aceite de Oliva Virgen con DOP, que engloba a 29 sellos de calidad, compareció recientemente ante el Parlamento de Cataluña para explicar sus dificultades en referencia "a la competencia desleal, la deliberada confusión al consumidor y el trato discriminatorio de la Política Agraria Común (PAC) con los agricultores de estas denominaciones".
Así, tanto el presidente de la sectorial, Enric Dalmau, como el secretario ejecutivo, José Manuel Bajo Prados, se reunieron con los parlamentarios de la Comisión de Agricultura para que conozcan de primera mano la problemática de este sector.
En primer lugar, José Manuel Bajo, indicó la apuesta por la calidad y la diferenciación, ya que “no podemos competir siendo los más baratos sino los mejores, y calidad y diferenciación son los grandes arietes para abrir las puertas del mercado”.
No obstante, Bajo advirtió de que “no podemos hacerlo con las manos atadas a la espalda y debemos poder indicar las bondades saludables del AOVE en nuestras etiquetas, y hoy está prohibido”.
Los representantes de la Sectorial trasladaron en este sentido que "más de 1.000 estudios científicos avalan que consumir AOVE es bueno para la salud y que al consumidor no se le protege ocultándole la verdad”.
Por su parte, señalaron que la alternativa “demoníaca” que se propone para el etiquetado es Nutri-Score, "un semáforo nutricional que impulsan países europeos, con Francia a la cabeza, y donde España se ha puesto de perfil, y que sitúan a nuestros AOVEs a la misma altura que el aceite de colza, lo que significa un fraude al consumidor”.
Enric Dalmau animó al Parlamento de Cataluña a aportar “su granito de arena para que esto llegue el Parlamento Europeo”, concluyó en una primera exposición.
Respecto a la PAC, el secretario ejecutivo de la Sectorial instó a que "los agricultores que trabajan productos con DOP tengan un tratamiento diferente ya sea en las políticas autonómicas, nacionales o europeas. Hay una diferencia sustancial en la competitividad que no se está teniendo en cuenta. Aglutinamos la mayor parte del olivar tradicional, generador de muchos puestos de trabajo, y el virgen extra de calidad. En las DOPs se concentra la práctica totalidad de la producción ecológica y las reservas genéticas de los olivares”.
"Las DOPs aportan mucho al sostenimiento de la actividad agrícola de nuestros pueblos y creo que debe tenerse en cuenta a la hora de las ayudas y del fomento de la actividad oleícola”, añadió.
En este sentido, Enric Dalmau pidió mayor protección de los “nombres protegidos”, ya que una DOP hace referencia "a un determinado lugar ligado a un producto y unas características por ser producido allí. Hay que defender al productor y tener cuidado con el importador. Hay que vigilarlo con severidad y atención”.
Para finalizar, desde la Sectorial trasladaron a la Comisión que no tiene sentido que los productos procedentes de países terceros no estén sometidos a las mismas reglas exigidas a los productores comunitarios. “Si nos lo exigen a nosotros, los productores de terceros países lo han de cumplir; y si la UE no puede exigir el cumplimiento a los productos de fuera, por los motivos que sea, debe dejar de exigírnoslo a nosotros”, sentenciaron.
