Publicado en la revista especializada European Journal of Cancer, el trabajo, realizado como parte del Proyecto UMBERTO de la plataforma conjunta IRCCS Neuromed-Fondazione Umberto Veronesi ETS, se basa en datos recopilados como parte del Proyecto Moli-sani e incluye también una revisión sistemática de estudios observacionales y ensayos clínicos aleatorizados disponibles a nivel internacional.
El análisis involucró a más de 11.000 mujeres residentes en Molise, a las que se les realizó un seguimiento durante un promedio de 13 años. Los investigadores observaron que un mayor consumo de aceite de oliva, en particular más de tres cucharadas al día, se asocia con una reducción del riesgo de desarrollar tumores de mama sin receptores de estrógeno y progesterona, formas generalmente consideradas más agresivas por no responder a las terapias hormonales. También se observó una asociación protectora para los tumores HER2-negativos, otro subtipo distinto que no expresa el receptor HER2, lo que hace inutilizables los fármacos específicos dirigidos contra esta diana molecular, según ha informado IRCCS Neuromed.
“Hemos observado que cada cucharada extra de aceite de oliva al día se asocia con un menor riesgo de desarrollar tumores hormonodependientes. Este resultado nos impulsa a analizar con mayor detenimiento la contribución de componentes específicos del aceite de oliva, como los polifenoles y los ácidos grasos monoinsaturados, a la prevención de algunos tipos de cáncer”, ha explicadoEmilia Ruggiero, investigadora de la Unidad de Epidemiología y Prevención y becaria de la Fondazione Veronesi, primera autora del trabajo científico.
Los datos de esta investigación, aunque no encontraron una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de aceite de oliva y la incidencia de cáncer de mama en general, mostraron efectos favorables para los subtipos de tumores más agresivos, resultando consistentes con la hipótesis de que el aceite de oliva puede actuar sobre vías biológicas distintas a las hormonales, como la inflamación y el estrés oxidativo.
Para completar el análisis, los investigadores realizaron una revisión sistemática de estudios publicados hasta 2024, tanto estudios de casos y controles (en los que se compara la conducta alimentaria de personas con y sin diagnóstico de cáncer) como estudios prospectivos (en los que se hace un seguimiento de personas sanas a lo largo del tiempo para observar la posible aparición de la enfermedad).
“La revisión muestra un panorama en constante evolución: los estudios de casos y controles sugieren un efecto protector del aceite de oliva, mientras que los estudios prospectivos indican la necesidad de más investigación para esclarecer mejor el papel de este alimento. Cabe considerar que el contexto mediterráneo, donde el consumo de aceite de oliva es mayor, representa una oportunidad única para investigar su papel en la prevención del cáncer. Estudios futuros, en particular estudios prospectivos y ensayos clínicos bien diseñados, podrán esclarecer aún más el posible papel del aceite de oliva en la reducción del riesgo de cáncer de mama, contribuyendo así a la definición de recomendaciones dietéticas más precisas”, ha considerado Marialaura Bonaccio, investigadora de la Unidad de Epidemiología y Prevención.
El trabajo se realizó con el apoyo de la Fondazione Umberto Veronesi ETS, en el marco del acuerdo con IRCCS Neuromed para la promoción de la investigación epidemiológica y la prevención oncológica.
“Este prometedor resultado científico es el fruto concreto del apoyo a la investigación que la Fondazione Veronesi garantiza con continuidad y convicción. Haber contribuido, mediante la financiación de la plataforma UMBERTO, al descubrimiento de una posible relación entre el consumo de aceite de oliva y la reducción del riesgo de formas agresivas de cáncer de mama confirma el valor de nuestras decisiones y el impacto real que pueden tener en la salud de las personas”, ha afirmado Chiara Tonelli, presidenta del Comité Científico de la Fondazione Umberto Veronesi ETS, profesora emérita de Genética de la Universidad de Milán y presidenta de la Federación Italiana de Ciencias de la Vida (FISV).