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Aceite de oliva vs aceite de coco

Aceite de oliva vs aceite de coco

lunes 03 de septiembre de 2018, 12:49h

Tras las polémicas declaraciones de la profesora de la Universidad de Harvard que arremetió contra el aceite de coco calificándolo de “veneno”, quizá sea interesante comparar la composición y los beneficios saludables de este controvertido aceite vegetal en relación con el de oliva, de la mano del Olive Wellness Institute. El contexto dietético en el que se consumen estos alimentos parece marcar la diferencia.

Fue hace apenas unas semanas cuando la epidemióloga de la Universidad de Harvard Karin Michels en una conferencia en la Universidad de Friburgo (Alemania), dijo, además, que el aceite de coco es “la peor comida que se puede ingerir”. La ponencia, en alemán y de 50 minutos de duración colgada en Youtube, ha recibido hasta el momento 1,3 millones de visualizaciones y ha generado gran controversia a nivel internacional. La profesora trataba de exponer un estudio de la Asociación Americana del Corazón (AHA) titulado “Dietary fat and cardiovascular disease”, en el que se analizaron diversas fuentes de ácidos grasos y en el que desaconsejaba el consumo de aceite de coco, muy popular en los últimos años.

Para desgranar la disimilitud con el aceite de oliva, Olive Wellness Institute ha comparado su composición y los beneficios saludables científicamente probados de su consumo. Según el citado Instituto, para empezar su perfil de ácido graso marca una gran diferencia. Mientras el aceite de coco es muy alto en ácidos grasos saturados, alrededor del 90% -lo que lo ubica por encima de la manteca de cerdo o la mantequilla en este campo y lo que explica su estado sólido a temperatura ambiente-; el aceite de oliva contiene un 75% de ácido graso monoinsaturado, siendo el resto una combinación de ácidos grasos poliinsaturados y saturados.

Con respecto a los antioxidantes, tanto el aceite de coco como el de oliva virgen extra contienen una gama de polifenoles antioxidantes, pero el AOVE contiene mucho más que aceite de coco con al menos 36 polifenoles diferentes identificados, en comparación con los seis únicos polifenoles diferentes que se hallan en el aceite de coco.

Asimismo, en cuanto a la vitamina E -componente clave que se encuentra en el AOVE con efectos beneficiosos para la salud-, con una cucharada de virgen extra se satisface casi la mitad de las necesidades diarias de un adulto. Por el contrario, el contenido de vitamina E del aceite de coco es insignificante.

Efectos en la salud

Pese a que el aceite de coco -por su alto contenido de grasas saturadas-, eleva el colesterol en sangre (particularmente el LDL-colesterol más dañino y fácilmente oxidable), curiosamente, el aceite de coco también puede elevar el colesterol HDL bueno hasta cierto punto, probablemente a través de la acción del ácido láurico, aunque no tanto como los ácidos grasos insaturados. Sin embargo, uno de los principales estudios sobre grasas saturadas y enfermedad cardíaca (Cochrane), descubrió que al reemplazar la grasa saturada por grasas insaturadas, se obtuvo un 27% de reducción en la enfermedad cardíaca. Sin embargo, no se observó tal beneficio cuando las grasas saturadas son reemplazadas por carbohidratos. Tal investigación apunta a los beneficios del intercambio de altas fuentes dietéticas de grasas saturadas por aceites y grasas saludables como el AOVE, las nueces y el aguacate.

Sin embargo, los resultados varían cuando se observan los alimentos individualmente versus como parte de patrones dietéticos. La comparativa menciona que las poblaciones que usan aceite de coco como parte de sus estilos de vida tradicionales parecen obtener tasas más bajas de enfermedades cardíacas. Pero de ahí a que el aceite de coco proporciona beneficios para la salud del corazón hay un trecho. La complejidad de los patrones dietéticos y estilos de vida tradicionales es la principal explicación probable de un beneficio para la salud. En tales dietas, el aceite de coco se come junto con la fibra del coco junto con muchos lípidos omega-3 del pescado. Estas dietas tradicionales también son bajas en carbohidratos y azúcar altamente refinados.

Un patrón dietético de estilo mediterráneo, que incluye abundante aceite de oliva que se consume a diario, se ha relacionado en muchos estudios observacionales con un menor riesgo de enfermedad crónica. En lo que respecta específicamente al consumo de aceite de oliva, destacan las tasas más bajas de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y un menor riesgo de mortalidad más temprana. Uno de los principales y más amplios estudios de intervención en este campo, es el estudio Predimed.

La conclusión de la comparativa del Olive Wellness Institute parece clara, la composición de los alimentos son importantes, pero también lo es el contexto dietético en el que se consumen. "El aceite de coco no es un elixir de salud milagroso (...) En las escalas de equilibrio de salud, el aceite de oliva sigue siendo la opción más destacada", remata.