"En las últimas semanas se han lanzado muchas alarmas sobre la seguridad de las conservas", ha destacado Angelo Moreschini, presidente de ASSOM, quien ha precisado que "esta alarma está injustificada cuando hablamos de productos envasados según las normas, como suele ocurrir con las empresas italianas, almacenados correctamente por los distribuidores y, además, supervisados por nuestros organismos de control".
Según Moreschini, “la seriedad de los productores y procesadores de aceitunas es crucial, ya que deben adoptar procesos de producción que garanticen a los consumidores aceitunas de buena calidad y seguras. Esto es precisamente lo que nuestro sector hace a diario. Además, los productores de aceitunas de mesa incluyen voluntariamente el origen en sus etiquetas, a pesar de que no existe ninguna normativa que lo obligue”.
Recientemente, el Instituto Nacional de Salud Italiano (ISS) informó de que las conservas caseras son las más vulnerables. "Nuestras aceitunas en aceite y salmuera son seguras porque están sujetas a un control constante por parte de las propias empresas y de los organismos supervisores, además de ser el resultado de métodos basados en el rigor científico y regulaciones estrictas", ha precisado.
Según datos de ASSOM, el sector está experimentando un fuerte crecimiento gracias al aumento exponencial del consumo de aceitunas en todo el mundo. Las empresas de la asociación generan 307 millones de euros en ingresos. De media, procesan más de 60.000 toneladas de aceitunas al año, de las cuales el 58% son italianas. El resto proviene principalmente de países de la UE y de fuera del territorio comunitario.
“Nuestro sector está experimentando un crecimiento extraordinario, pero el déficit histórico de producción de aceitunas de mesa afecta considerablemente a la demanda del mercado. Nuestras empresas absorben toda la producción italiana de aceitunas y luego recurren a las importaciones para compensar el déficit. Se trata de un déficit que compartimos con los olivareros y las empresas aceiteras y, en nuestra opinión, sería conveniente abordarlo en colaboración con toda la cadena de suministro del aceite de oliva”, ha concluido Moreschini.