Sin duda, 2014 será recordado como el primer año de aplicación de la normativa que cumplía un histórica demanda del sector oleícola y que establece que los aceites que se pongan a disposición del consumidor en los establecimientos de hostelería y restauración, así como en los servicios de catering, deberán presentarse en envases etiquetados, provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización, y disponer de un sistema de protección que impida su rellenado una vez agotado su contenido original.
Ana María Romero, presidenta de la Asociación Española de Municipios del Olivo
La presidenta de AEMO, Ana María Romero, subraya que el consumidor merece una botella de un solo uso, que le sirvan un aceite de oliva virgen extra fresco para su consumo en crudo y que “se acabe de una vez con esas aceiteras rellenables que tanto denostamos los que defendemos la garantía de la calidad y autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor final”. “AEMO en su momento luchó por esta medida, junto con muchos actores del sector, y como no puede ser de otra forma luchará para su pleno cumplimiento”, añade.
A su juicio, la formación es fundamental y considera que todos los implicados en el sector “deberíamos informar a los restauradores de las ventajas derivadas de servir buenos zumos de aceituna” y, además, “las normas están para cumplirlas y la Administración debe velar a través de planes de inspección”.
Rosa Vañó, directora comercial de Castillo de Canena Olive Juice
Para la directora comercial de Castillo de Canena Olive Juice, Rosa Vañó, la norma no ha sido aceptada de igual forma por todos los sectores de la hostelería, ni a todos los niveles. “Nos seguimos encontrado jícaras, vinagreras y jarritas en muchos sitios, aunque se ha conseguido frenar un poco el relleno de botellas”, precisa.
Sobre si se está cumpliendo la normativa, Vañó afirma que “a medias”, ya que el consumidor no denuncia o exige, además de no haber inspecciones ni medios de comunicación masivos que hablen de este tema. “Por desgracia, nos preocupa solo a unos pocos”, concluye.
Antonio Guzmán, gerente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía
El gerente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Antonio Guzmán, asegura que es difícil de cuantificar su grado de cumplimiento, y aunque muchísimos establecimientos cumplen con la normativa con normalidad y naturalidad; en otros se detectan irregularidades.
“Es importante concienciar a la hostelería de que esta medida prestigia la imagen de su establecimiento, pues el AOVE es un producto natural, saludable y muy bien valorado por los consumidores”, añade.
Federación Española de Hostelería (Fehr)
Fuentes de la Federación Española de Hostelería señalan que si bien es una normativa en la que la entidad observaba algunos inconvenientes como el temor a un incremento del precio del aceite en estos nuevos formatos; las nuevas necesidades logísticas que se le planteaban a los establecimientos; o el propio aumento del desperdicio alimentario que podían generar, “lo cierto es que una vez que la norma fue aprobada, el sector la ha acatado y nosotros hemos instado a este cumplimiento obviamente”.
La federación indica que la hostelería es un sector sometido a múltiples normativas y está acostumbrado a llevar un control y cumplimiento “rígido” de las normas y “en este caso creemos que también ha sido así”. “En las actualidad las barras y mesas de los establecimientos hosteleros presentan los formatos irrellenables de aceiteras con su etiquetado e información exigido”, asegura.
Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español
La gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Teresa Pérez, afirma que la norma se está cumpliendo, ya que hace un año pusieron en marcha un estudio con el objetivo de conocer con precisión qué estaba ocurriendo y los datos recabados demostraron que el grado de cumplimento ya alcanzaba un 80% de establecimientos hosteleros en los que los aceites se ofrecían en sus salas correctamente, si bien “desde el sector no podemos estar satisfechos hasta alcanzar el 100% del cumplimiento”.
Por otro lado, continúa Pérez, con este estudio se constató que la sociedad española en su conjunto tenía serias lagunas de información sobre este Real Decreto. De hecho, el 86,2% de los consumidores encuestados apenas tenían nociones sobre esta norma. A la vista de estos datos, la organización decidió lanzar la campaña de información “¿Peeerdona?” a principios de este año, que trata de solventar “todas las dudas que sobre la norma tienen aún muchos de nuestros compatriotas”. Según Pérez, esta iniciativa está funcionando “fenomenal” y está teniendo una notoriedad “tremenda”, por lo que “creo que vamos a lograr el objetivo que nos marcamos en febrero, desterrar, de una vez por todas, las malas praxis y las últimas aceiteras de nuestros bares y restaurantes”.
Luis Torres-Morente, director general de Maeva
“Según lo esperado, hay establecimientos que cumplen la normativa a rajatabla y otros que no, lo que si es cierto que aunque no se cumpla al 100%, la medida es beneficiosa para el sector y, por supuesto, para la defensa del consumidor”, subraya el director general de Maeva, Luis Torres Morente.
A su juicio, no se puede poner un inspector en cada restaurante, bar o cafetería, por lo que lo importante es que el consumidor sea el que exija el cumplimento de la norma. “Si se consigue concienciar y educar al consumidor, su cumplimiento está garantizado”, asevera.
Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama)
Desde el Mapama aseguran que la implantación de la medida ha sido positiva pero evidentemente siempre es posible mejorar. “Esta medida ha supuesto un cambio importante y las cosas no se cambian de un día para otro, por lo que es fundamental concienciar a los consumidores y a los profesionales sobre la importancia de cumplir con esta norma ya que es una garantía adicional sobre la calidad de los aceites de oliva que consumimos”.
El caso de España, el Ministerio señala que el control en la aplicación de la normativa alimentaria es competencia exclusiva de las Comunidades Autónomas en función del reparto competencial que establece la Constitución.
Ramón Pulgar, consultor y experto en AOVE
El consultor y experto en AOVE Ramón Pulgar cree que la normativa no cumple con las expectativas que generó y “aunque algunos hosteleros se han adaptado y ofrecen orgullosos su producto, otros, desgraciadamente la mayoría, tienen botellas rellenas, chorreantes, pringosas, con el tapón manipulado o bordeando la ley con un ajo (viejo y feo) en la aceitera”.
Y es que “hartos de encontrarnos con aceiteras rellenas, aceites en mal estado o embotellados con una etiqueta falsa, un grupo de amigos ideamos unas pegatinas con las que premiamos (negativamente) a estos establecimientos que no entienden que el liderazgo del AOVE nos corresponde a todos, unos produciéndolo y otros sirviéndolo con toda la categoría y seguridad que merece el cliente. Con esta iniciativa, denominada STOP Aceite de Garrafón, los clientes ponemos de manifiesto que nos estamos dando cuenta de que nos están engañando”.
Andrés García, CEO y fundador de Supremo
Por su parte, el CEO y fundador de Supremo, Andrés García, destaca que los productores “nos hemos encargado de que cada uno de nuestros envases cumplan la reglamentación para estar evitando que hosteleros y restauradores se preocupasen ante una posible sanción”.
García considera necesaria una vigilancia de la ley y una comunicación de lo que se está o no haciendo.
Marino Uceda, elaiólogo, investigador y consultor
El elaiólogo, investigador y consultor Marino Uceda considera que la evolución de la normativa ha sido muy positiva, si bien en el transcurso de la aplicación “se ponen de manifiesto lagunas que es preciso corregir”. En su opinión, desafortunadamente aún se encuentran numerosos casos en los que no se respeta la norma, cuyo fin es garantizar la genuidad y calidad del producto.
