En concreto, el consejero recordó que esta situación prioritaria permite a sus cooperativas de base y a sus socios acceder a los incentivos dirigidos a inversiones en transformación y comercialización por parte de industrias agroalimentarias, ya que como tales, pueden contar con cinco puntos más en los criterios de valoración y hasta un 10% más de financiación. Esto mismo ocurre para las ayudas destinadas a la modernización de explotaciones, la incorporación de jóvenes a la actividad agraria o a la primera participación en regímenes de calidad y promoción de productos de calidad diferenciada.
La entrega de la acreditación como EAPA al Grupo Interóleo Picual Jaén se desarrolló en las instalaciones de una de las cooperativas que la integran, Nuestra Señora de los Remedios, en la localidad de Jimena. Por su parte, el escenario en el que el Grupo Jaencoop recibió su reconocimiento fue en Chilluévar en la sede de una de sus asociadas, La Unión, unas instalaciones que el consejero ha recorrido y que tienen una capacidad de molturación de 20.000 kilos de aceituna a la hora.
89.000 litros de aceite de oliva/hora en 2017
Asimismo, el consejero aprovechó su estancia en Jimena para participar en la clausura de unas jornadas sobre el sector olivarero. Allí, Sánchez Haro resaltó el “potencial del sector olivarero andaluz, con unas exportaciones de 89.000 litros cada hora en 2017 y un valor de ventas total de más de 3.400 millones de euros”.
Para el consejero, “es el momento de esforzarse e impulsar al sector desde una perspectiva global, que refuerce el equilibrio en la cadena de valor alimentaria y centre sus esfuerzos en la innovación para que aporte valor añadido al sector olivarero”. Y para ello, recordó durante su intervención, se han puesto en marcha herramientas para trabajar con este objetivo. Entre ellas, mencionó la articulación de instrumentos que mejoren el equilibrio de la cadena de valor y que conseguirán unas relaciones justas en la cadena alimentaria, como el refuerzo del Observatorio de Precios, para mejorar la transparencia, informando sobre precios y márgenes; sistemas de autorregulación, como los contratos tipo o el arbitraje; y la creación del Foro de la Cadena Alimentaria, que impulsará la elaboración de códigos de buenas prácticas mercantiles.
También se realizará un mayor control en los productos con precios anormalmente bajos (para comprobar que no son un fraude de calidad), a lo que se une que se considerará que los operadores que no denuncien estos productos serán corresponsables.
