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Dos nuevas investigaciones explorarán el potencial saludable del aceite de orujo de oliva

Dos nuevas investigaciones explorarán el potencial saludable del aceite de orujo de oliva

martes 11 de junio de 2019, 12:20h

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (Oriva) han emprendido dos nuevos estudios para seguir explorando las cualidades saludables del aceite de orujo de oliva en dos ámbitos: beneficios cardiovasculares y prevención de la enfermedad de Alzheimer.

Tras un primer estudio comparativo con aceite de girasol alto oleico se pone en marcha la investigación “Efecto diferencial del aceite de orujo de oliva frente a aceite de girasol mejorando marcadores cardiometabólicos. Ensayo clínico en humanos” que ofrecerá información sobre el efecto del consumo del aceite de orujo de oliva en salud cardiovascular en comparación con el aceite de girasol convencional. Asimismo, comienza el estudio “Atenuación de procesos inflamatorios asociados a la enfermedad de alzhéimer tras el consumo de aceite de orujo de oliva por humanos” que buscará demostrar las conclusiones de un trabajo preliminar realizado con lipoproteínas artificiales.

“Elegimos trabajar con el CSIC porque es el organismo de mayor nivel en nuestro país y necesitamos estudios independientes que nos proporcionen evidencias de las ventajas de nuestro producto. En un periodo muy breve de tiempo hemos tenido grandes avances con dos estudios concluidos y otros cuatro en proceso”, ha afirmado José Luis Maestro Sánchez-Cano, presidente de Oriva.

Salud cardiovascular

El estudio “Efecto diferencial del aceite de orujo de oliva frente a aceite de girasol mejorando marcadores cardiometabólicos. Ensayo clínico en humanos” estará dirigido por Raquel Mateos Briz, científico titular del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN).

El objetivo es conocer el potencial beneficioso del aceite de orujo de oliva en indicadores de salud cardiovascular y patologías asociadas como la hipertensión, la diabetes o la obesidad en comparación con el aceite de girasol. Con este estudio, además, se plantea evaluar el impacto de los compuestos bioactivos del Aceite de Orujo de Oliva. Los ensayos clínicos se llevarán a cabo en voluntarios sanos y en sujetos de riesgo diagnosticados de hipercolesterolemia (niveles de colesterol en sangre de 200 mg / dL). El proyecto contempla tres fases a desarrollar en tres años con el fin de conseguir los siguientes objetivos anuales: efectos en perfil lipídico y tensión arterial (primer año), efectos en inflamación y función endotelial (segundo año) y efectos en diabetes, obesidad y estatus antioxidante (tercer año).

El nuevo estudio reproduce así el planteamiento y objetivos de la investigación en desarrollo que compara los efectos en la salud cardiovasclar del consumo del aceite de orujo de oliva y el aceite de girasol alto oleico.

“Los compuestos específicos del aceite de orujo de oliva han demostrado tener interesantes propiedades biológicas implicadas en la prevención de enfermedades cardiovasculares y patologías de gran prevalencia en la población como la hipertensión o la diabetes. No obstante, estas propiedades se han demostrado mediante el desarrollo de estudios in vitro y pre?clínicos en modelos animales con conclusiones de indudable interés científico pero limitada traslación a humanos. Un vacío que estas investigaciones nos va a permitir explorar”, ha afirmado Mateos Briz.

Prevención de Alzheimer

Por su parte, el estudio “Atenuación de procesos inflamatorios asociados a la enfermedad de alzhéimer tras el consumo de Aceite de Orujo de Oliva por humanos” estará dirigido por Javier Sánchez Perona, científico titular del Instituto de la Grasa (IG).

En un estudio anterior, presentado en noviembre de 2018, se demostró que los compuestos bioactivos del aceite de orujo de oliva -ácido oleanólico, ?-Tocoferol y ?-Sitosterol- pueden tener un efecto protector frente al Alzheimer atenuando la activación de la microglía, relacionada con la neuroinflamación que presentan los enfermos.

Sánchez Perona ha destacado que “la investigación marca un hito al demostrar un hipótesis de investigación inédita hasta el momento. Lo principal es que se ha constatado que el transporte de la grasa en la dieta puede contribuir a desarrollar la enfermedad. Por tanto, podemos aprovechar esta misma ruta, el transporte de la grasa en el organismo, para la prevención del Alzheimer”.

Para seguir avanzando en esta línea, el nuevo estudio continuará con la segunda etapa prevista consistente en ensayos clínicos para demostrar si estos efectos son replicables en humanos. Si en el estudio previo se emplearon lipoproteínas ricas en triglicéridos (TRL) artificiales, fabricadas ad-hoc en el laboratorio, a fin de poder probar el efecto de los compuestos de forma individual y conjunta. Ahora ha llegado el momento de consolidar los resultados empleando TRL humanas, obtenidas tras el consumo de aceite de orujo de oliva. De ser así, se revelaría que la ingesta de aceite de orujo puede prevenir la neuroinflamación provocada por la sobreactivación de la microglía, reduciendo el riesgo de desarrollo y de la progresión del alzhéimer.

Con estos dos estudios, Oriva tiene en la actualidad cuatro investigaciones en macha con el CSIC y ha finalizado otras dos, cuyas conclusiones fueron presentadas en 2018, sobre el comportamiento del aceite de orujo de oliva en fritura y comparación con aceites de girasol convencional y girasol alto oleico; y protección frente a la enfermedad de Alzheimer mediante la atenuación de la activación de microglía por el aceite de orujo.

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