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La superficie oleícola marroquí ha crecido un 63% en los últimos 15 años

La superficie oleícola marroquí ha crecido un 63% en los últimos 15 años

miércoles 03 de julio de 2019, 10:44h

La superficie oleícola marroquí ha pasado de 641.000 hectáreas en la campaña 2002/03 a 1.045.000 ha. en 2017/2018, lo que supone un aumento del 63% y el 86% del objetivo fijado para 2020. El ritmo de crecimiento de la superficie se ha acelerado, pasando de 13.000 ha./año en el periodo comprendido entre 2003 y 2007 (antes del lanzamiento del Plan Marruecos Verde) a aproximadamente 27.000 ha./año en el periodo 2008-2018, según recoge el último newsletter del Consejo Oleícola Internacional (COI).

Por su producción y su uso centenario, por sus múltiples funciones de lucha contra la erosión, de valorización de tierras agrícolas y de fijación de la población en zonas de montaña, el olivar es el principal sector frutícola de Marruecos, con un 65% de la superficie arbórea nacional.

La oleicultura contribuye activamente a la fijación de la población en medio rural: ofrece más de 51 millones de días de trabajo al año, es decir el equivalente de 380.000 puestos de trabajo fijos, desempeñados por mujeres en un 20%, según el informe del COI.

Además, subraya que este sector, con aproximadamente 480.000 explotaciones agrícolas, contribuye de forma significativa a los ingresos de una parte importante de agricultores desfavorecidos, y desempeña con sus productos de alto valor energético y nutritivo un papel determinante en la alimentación de la población rural.

Distribución regional del olivar

Según este organismo, las explotaciones oleícolas están repartidas por todo el territorio nacional, salvo en la costa atlántica, donde el olivar está poco presente, lo cual demuestra la capacidad de adaptación a todas las condiciones bioclimáticas, desde las zonas de montaña (1.200 mm) a las zonas áridas del Sáhara (menos de 200 mm).

La superficie oleícola de regadío ocupa a nivel nacional 384.500 ha., es decir, el 37% del total de la superficie, frente a las 660.700 ha. en secano, el 63% del total. La superficie oleícola con sistemas de riego localizado ocupa 176.000 ha.

Asimismo, el riego localizado ha experimentado un desarrollo considerable, pasando de 39.000 ha. en el año de referencia(2009, año de firma del contrato-programa de desarrollo del sector oleícola) a 176.000 ha. actualmente, gracias a las ayudas del Estado, que cubren gran parte de la inversión: 100% para los proyectos colectivos o de pequeños agricultores y 80% para los proyectos individuales.

A su vez, las explotaciones oleícolas cuentan aproximadamente 125 millones de olivos. En la distribución del patrimonio oleícola nacional en función de la edad de la plantación se destacan tres categorías: olivares jóvenes (0 a 7 años): 26 millones de pies (21%); olivares en plena producción (8 a 50 años): 72 millones de pies (57%); y olivares de mayor edad (0 a 50 años): 27 millones de pies (22%).

El olivar marroquí presenta una pirámide de edad equilibrada, con un gran potencial productivo compuesto por un 26% de plantaciones jóvenes y un 72% de plantaciones en plena producción. Las plantaciones de mayor edad no representan más que el 22% del patrimonio.

Producción y rendimiento

En cuanto a la producción nacional de aceitunas, experimenta fluctuaciones interanuales importantes debido a la combinación de tres factores esenciales: las técnicas de mantenimiento, no siempre adecuadas; las condiciones climáticas, en particular las precipitaciones; y la vecería, fenómeno fisiológico característico del olivar

La producción de aceitunas ha aumentado un 158%, al pasar de 549.000 t. en el período comprendido entre 2003 y 2007 a 1.414.000 t. en 2015-2018, un incremento que se atribuye a la ampliación de la superficie.

La estimación de la producción para la campaña oleícola 2018/19 es de aproximadamente 2 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 28% respecto a la campaña anterior, debido a las condiciones climáticas favorables en las fases críticas del desarrollo del olivo, así como a la entrada en producción de las plantaciones más jóvenes.

El informe del COI subraya que la producción de aceite de oliva ha seguido la misma tendencia que la producción de aceitunas, al pasar de 66.000 t. en el periodo comprendido entre 2003 y 2007 a 127.500 t. en 2015-2018, lo que supone una subida del 93%.

Perfil varietal

El olivar en Marruecos está constituido fundamentalmente por la variedad picholine marroquí, con más del 90% de las plantaciones. El 10% restante está compuesto por distintas variedades, en particular picholine de Languedoc, dahbia y mesllala y algunas variedades españolas e italianas (picual, frantoio, manzanilla, gordal sevillana, arbequina, etc.).

En el marco del Plan Marruecos Verde, el Estado fomenta la diversificación del perfil varietal, promoviendo las variedades haouzia y menara, resultado de la selección clonal de la picholine marroquí.

Según el COI, se han inscrito cinco nuevas variedades obtenidas por el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas (INRA) en el catálogo oficial: las variedades baraka, mechkate, agdal, tassaoute y dalia; las dos últimas en curso de multiplicación en vivero con vistas a su difusión entre los agricultores.

Valorización de la producción

En general, el 65% de la producción nacional de aceitunas se destina a la molturación y el 25% a la industria conservera.

La molturación se efectúa en un sector moderno y semimoderno, compuesto por 948 instalaciones y con una capacidad global de 1.803.000 t./año, y en un sector tradicional compuesto por aproximadamente 11.000 maâsras.

Estas almazaras tradicionales funcionan de manera intermitente, ya que dependen en gran medida del volumen de cosecha de las aceitunas.

Por su parte, el tratamiento de la aceituna se realiza en 75 modernas conserveras, con una capacidad global de 203.000 t./año, y en conserveras artesanales.