El informe de este organismo señala que la recolección comenzó a mediados de octubre en los olivares tradicionales y a principios de noviembre en los olivares en seto, y ha precisado que las condiciones climáticas en la etapa de floración y cuajado fueron muy favorables, dando como resultado una carga de frutos significativamente superior a la campaña anterior.
Asimismo, la maduración del fruto se desarrolló con normalidad y las precipitaciones de finales de octubre contribuyeron a un aumento del calibre de las aceitunas en algunos olivares tradicionales de secano del centro y sur del país.
Según el instituto luso, la combinación de estos aspectos con el creciente número de olivares intensivos de regadío permite estimar una producción históricamente elevada de aceituna en Portugal.
A su vez, destaca que el tiempo seco de noviembre permitió un buen ritmo en la recogida y transporte de las aceitunas a las almazaras. Sin embargo, este hecho, unido a la elevada cantidad -aunque previsible- de materia prima, llevó, tras la última semana de noviembre, al agotamiento de la capacidad de almacenamiento de orujo de aceituna en muchas almazaras, una vez que, principalmente en el Alentejo, se alcanzó la capacidad máxima instalada de las unidades de recepción y extracción.
Al respecto, este organismo precisa que la interrupción del funcionamiento de las almazaras obligó a suspender la cosecha de aceitunas, lo que implicará posibles consecuencias en cuanto a la cantidad y calidad del aceite producido.
