En este encuentro participaron Lorenzo Lunetti, responsable de Calidad de Monini; los académicos Bruno Bagnoli y Maurizio Servili; los expertos Pasquale Costantino y Francesco Trezza, de CEQ Italia; Riccardo Gucci, presidente de la Academia del Olivo y del Aceite de Spoleto; y Mauro Meloni, director de operaciones de CEQ Italia.
Según se puso de manifiesto en el encuentro, a partir de 2023 será necesario abordar diversos asuntos como "los métodos y los límites de contaminantes minerales alifáticos y aromáticos en particular, con límites fijados por ahora en 2 mg/kg y con desajustes entre laboratorios, no estando disponible un método estandarizado. Una contaminación, la de los aceites minerales, que muy probablemente obligará a la cadena de suministro a replantearse ciertas decisiones durante la recolección de la aceituna, en cuanto a las herramientas y sobre todo a los lubricantes utilizados. Por tanto, la profesionalización y la experimentación serán clave para afrontar este asunto".
Respecto al objetivo de reducir a la mitad el uso de plaguicidas para 2030 en la Unión Europea (UE), se indicó que “será cada vez más imprescindible contar con capacidades y una profesionalización cualificada para apoyar a los olivicultores en los próximos años”. Asimismo, se subrayó que "no debe pasarse por alto el límite de esteroles totales, que está causando problemas en diversas variedades y que también podría convertirse en una limitación para algunos monovarietales. La gravedad de cualquier incumplimiento de este límite es tal que requiere un cambio de ritmo para acelerar la discusión por parte del Consejo Oleícola Internacional (COI)".
A su vez, los expertos reunidos en este webinario indicaron que el cambio climático añade otras cuestiones difíciles en el sector del olivar. Así, según resaltaron, "estamos ante una fase de transición climática que crea una fuerte incertidumbre en la gestión del olivar y que afecta a las producciones con DOP, a la productividad de las variedades autóctonas y a la fenomenología del olivo. Las fluctuaciones de temperatura y las precipitaciones anómalas, a las que nos hemos ido acostumbrando en los últimos años, completan un cuadro de incertidumbre cada vez mayor y nos obligan a adoptar un enfoque del campo más dinámico y flexible que en el pasado, también por los impactos sobre la calidad del aceite. Más táctica, más profesionalización y competencia y, por tanto, más formación son las claves operativas del agrónomo del futuro”.
También se señaló que en la actualidad existen innovaciones tecnológicas de proceso que permiten producir aceites de oliva vírgenes extra de alta calidad, lo que se traduce "en altas propiedades nutricionales y perfiles aromáticos complejos ricos en notas valiosas, gracias a la riqueza de componentes volátiles y sustancias fenólicas, pero que la legislación no permite comunicar a los consumidores".
Para CEQ, los datos detectados a lo largo de los años constatan que "producir un aceite de oliva virgen extra de alta calidad, que cumpla con los requisitos restrictivos del sello CEQ ITALIA, es posible y puede convertirse en la forma de diferenciar la excelencia italiana en el mundo reafirmando la experiencia histórica y universalmente reconocida de nuestra capacidad".
