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Lanzan una campaña para poner en valor la cadena alimentaria y combatir la desinformación sobre alimentación y salud

Lanzan una campaña para poner en valor la cadena alimentaria y combatir la desinformación sobre alimentación y salud

miércoles 10 de septiembre de 2025, 13:12h
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) lanzan "Pongamos las cosas sobre la mesa", una campaña para poner en valor la cadena alimentaria española y tratar de combatir la desinformación sobre alimentación y salud.

“Pongamos las cosas sobre la mesa”, que será difundida en medios digitales y redes sociales, se enmarca en el movimiento #SomosNutrisensatos, puesto en marcha en 2021 para impulsar la información contrastada sobre alimentación y salud, en defensa de la dieta variada y equilibrada y de hábitos de vida saludable que impacten de forma positiva en el bienestar físico y emocional de los ciudadanos.

La campaña, cuyas creatividades y mensajes han sido elaborados por OGILVY y aprobados por AUTOCONTROL, arrancó el pasado 2 de septiembre con el lanzamiento por parte del deportista Saul Craviotto de un “producto milagro” basado en una supuesta fórmula milenaria que mejora la vida de forma natural y que entre otros beneficios ayuda a controlar el peso, mejora la calidad del sueño y fortalece el sistema inmunitario.

En esta primera fase se promocionaba un producto evidentemente inexistente y el objetivo, una vez desvelada la realidad, es hacer reflexionar a los consumidores sobre la información que llega a través de las redes sociales, en muchas ocasiones sin ninguna base o aval científico.

“Queremos poner el foco en determinados perfiles del mundo digital y que los ciudadanos se cuestionen cuáles son las fuentes a las que acuden para informarse sobre nutrición y salud”, han destacado las organizaciones impulsoras de la campaña, al tiempo que han incidido "en la importancia de la información basada en evidencia científica y los buenos hábitos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”.

Según han destacado, la información no rigurosa sobre alimentación puede provocar alarma social y un cambio en las tendencias de consumo, confundiendo a los ciudadanos. Además, puede ocasionar problemas de salud, desde agravar enfermedades hasta provocar trastornos de la conducta alimentaria.