Además, señala que el hecho de que pueda afectar también a especies forestales incrementa el riesgo para el mundo rural y las dificultades de control, perjudicando de forma directa a las personas, empresas y entidades relacionadas con la producción agrícola, pero también de otros ámbitos, por la relación de la calidad del entorno con el turismo y el bienestar de los habitantes de Baleares.
Las entidades que suscriben este documento precisan que este problema se debe afrontar con “serenidad”, dejando de lado “los catastrofismos” y estando atentos a las indicaciones y decisiones técnicas, que son “sensatas y acertadas”. A su juicio, “hay que trabajar por la contención de la enfermedad y para lograr la convivencia con la bacteria que existe en otras zonas del mundo donde está presente, sin que haya supuesto el fin de la actividad agraria”. Por ello, creen que la Administración debe establecer contactos internacionales con otros países afectados y en especial con aquellos donde la presencia de la bacteria es antigua y han aprendido a convivir.
Asimismo, instan al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) y a la Unión Europea a que den el apoyo necesario a la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca balear para impulsar los planes y las actuaciones de prevención, contención y lucha epidemiológica, investigación científica aplicada e información a los agricultores, a otros profesionales y a la ciudadanía en general.
Estas entidades apuntan que un plan de contención, en las actuales circunstancias de Baleares, es el más adecuado, y la eliminación sistemática sólo de los ejemplares infectados, como se aplica en otras zonas del mundo y también en la región de Lecce (Italia), es la práctica que todos los conocedores del problema en Baleares consideran viable.
En su opinión, un plan de erradicación, en cambio, "implicaría arrasar e incinerar la vegetación cultivada y natural de grandes extensiones de terreno, cien metros en vez de cada caso, y la prohibición de replantar ninguno de los cientos de especies sensibles, con unas posibilidades de éxito inciertas ya que es inviable destruir la totalidad de raíces, y no hay garantías de que los vectores no puedan llevar la bacteria más lejos".
A su vez, consideran convenientes acciones específicas para la Sierra de Tramuntana, por su carácter de Patrimonio de la Humanidad y donde el impacto de la erradicación sería especialmente "nefasto" y valoran como imprescindible mantener el esfuerzo conjunto de todas las instituciones y organizaciones profesionales, económicas y políticas para afrontar esta situación en beneficio del campo y la sociedad insular.
Entre las entidades que suscriben este documento figuran la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Baleares, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de las Islas Baleares, el Consejo Balear de Producción Ecológica (Cbpae), el Consejo Regulador de la DOP Oli de Mallorca, el Consejo Regulador de la DOP Oliva de Mallorca, Cooperativas Agro-alimentarias de las Islas Baleares y el Departamento de Biología de la Universidad de las Islas Baleares.
