El presidente del sector de Aceite de Oliva, Rafael Sánchez de Puerta, ha destacado que “nos enfrentamos a una nueva campaña 2017/18 que arranca en un clima de máxima preocupación por la escasez de lluvias y las altas temperaturas que han sufrido las principales regiones productoras durante prácticamente toda la primavera y el verano”. Este panorama, en su opinión, rompe con el buen ritmo comercializador y las altas cotizaciones percibidas por el sector productor durante la campaña 2016/17.
Por regiones, Cooperativas ha destacado que en Andalucía la situación es dispar, ya que existen zonas con un incremento de producción mientras que otras presentan una importante caída. En este sentido, tal y como ha constatado recientemente el aforo publicado por la Junta, provincias como Sevilla y Málaga prevén un aumento en la producción de un 7,5% (103.700 t.) y 22,9% (57.700 t.), respectivamente, respecto a la campaña anterior; mientras que las previsiones en Jaén, principal despensa de aceite de oliva de España, caen drásticamente un 28,8%, situándose en 360.000 toneladas, y Córdoba, otra de las provincias más afectadas, contará con una producción de en torno a las 244.000 toneladas (-9,4%).
Por su parte, Castilla-La Mancha, la segunda región productora en el territorio nacional, estima una fuerte reducción de su cosecha que se situaría en torno a las 75.000 toneladas, lo que supondría también un descenso de un 34%.
Por el contrario, en Extremadura se espera una producción óptima para esta campaña, que rondará las 57.000 toneladas (+28,8%), cifra muy superior a la media de esta región (48.455 t.).
A su vez, en Cataluña la producción alcanzará las 28.000 toneladas (-0,4%); mientras que Aragón, con 13.000 toneladas (+21,7%), y la Región de Murcia, con 10.000 toneladas (+44,4%), prevén también una mejor cosecha en esta nueva campaña.
Según Sánchez de Puerta, el sector está a la espera de la evolución de las condiciones climáticas durante las próximas semanas para poder confirmar estas estimaciones. A su juicio, comienza una nueva campaña en la que la situación de mercado será favorable a pesar de los descensos previstos en la producción.
