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Los exportadores de aceite de oliva deben ser más ágiles en acciones de promoción en Colombia

Los exportadores de aceite de oliva deben ser más ágiles en acciones de promoción en Colombia

martes 23 de enero de 2018, 12:48h

La percepción del aceite de oliva español es “buena” en Colombia, aunque los distribuidores en ese país consideran que son necesarias más acciones de merchandising como displays, someliers y publicidad en los puntos de venta, entre otras.

Así se recoge en un estudio de mercado de ICEX España Exportación e Inversiones sobre el sector de la alimentación en Colombia, que señala que los distribuidores en ese país abogan por que el sector del aceite mantenga una “actitud diferente”, una “mayor agilidad”. Comentan, asimismo, la “falta de agresividad de los exportadores españoles”.

Añade que los aceites suponen un porcentaje importante del gasto básico en alimentos de todos los estratos socioeconómicos, una circunstancia importante si se tiene en cuenta que aproximadamente el 40% de los ingresos de los colombianos son gastados en alimentos. Sin embargo, el aceite de oliva en ese país es un “bien de lujo y su consumo está limitado exclusivamente a la clase alta de la sociedad”, precisa el estudio, con datos de 2016.

El resto de clases sociales colombianas utilizan los productos sustitutivos como el aceite de girasol, aceite de soya o margarinas, ya que su precio en el mercado es muy inferior al del aceite de oliva. Al precio, según indica, se debe añadir que la imagen de bien de que lujo también ha sido promovida por las primeras importaciones de aceite de oliva que se hicieron en Colombia, ya que se comercializaban bajo los formatos de botella de vidrio o en lata, una presentación que “proyecta una imagen de bien elitista y lujoso”.

Sin embargo, como indican algunos importadores, “la calidad no se vende sola” y el mercado colombiano “no posee el conocimiento de los productos necesario para identificarlos por ellos mismos”.

El consumo de aceite de oliva está centrado casi en su totalidad en las grandes ciudades colombianas debido a que su distribución se realiza exclusivamente en las cadenas de hipermercados y supermercados y algunas tiendas delicatessen, y estos establecimientos se encuentran en las grandes ciudades. También se debe a que las clases más altas del país, es decir los consumidores del aceite de oliva, viven en dichas ciudades.

En Colombia, la industria de aceites está estructurada sobre la base de los productos de la agroindustria de la palma de aceite, que junto con los aceites crudos de soya y girasol importados constituyen el grueso de materias primas utilizadas en la elaboración de aceites comestibles, margarinas y mantecas.

Además, el sector es importante dentro de la industria por los estrechos vínculos de sus productos con otros subsectores de la industria de alimentos y la industria jabonera. No existe en Colombia producción nacional de aceite de oliva, por lo que el consumo de este producto lo componen las importaciones totales del extranjero, fundamentalmente de España.

En 2015, según los datos del ICEX, se importaron a Colombia 3.511.432 kilos de aceite de oliva virgen, lo que equivale a 15.926.370 dólares, de los cuales 2.234.426 procedieron de España, lo que supone el 64% de las importaciones totales.