Según ha informado la Asociación Europea de Innovación “Productividad y Sostenibilidad Agrícola” (EIP-AGRI), este grupo de expertos trabajó en conjunto durante un año para realizar un inventario de las principales plagas y enfermedades que afectan al olivo, incluida su distribución geográfica y su impacto económico, así como para valorar la probabilidad de que el cambio climático afecte a su distribución y a su impacto respecto a las prácticas actuales y las condiciones ambientales.
Estos expertos hicieron un balance de las buenas prácticas agrícolas en diferentes regiones de Europa para controlar las principales enfermedades y plagas del olivo; exploraron posibles soluciones innovadoras para manejar estas plagas basadas en principios agroecológicos como la biodiversidad; e identificaron las necesidades y las posibles lagunas en el conocimiento en este ámbito y que pueden resolverse mediante investigaciones adicionales.
Entre las recomendaciones para la puesta en marcha de proyectos de innovación que pueden implementarse a nivel local a través de grupos operativos destacaron la armonización de las técnicas de monitoreo de plagas patógenos y el desarrollo de nuevos sistemas y enfoques de monitoreo; y la adopción de nuevas tecnologías basadas en Internet de las Cosas y diferentes sensores de campo, que podrían permitir la detección automática, remota, masiva y en tiempo real de la presencia de plagas y enfermedades de los olivos. Esto debe ir acompañado, a su juicio, de sistemas de procesamiento de datos que determinarán si se han alcanzado las condiciones para la aplicación de estrategias de control.
Asimismo, abogaron por la optimización de cultivos de cobertura, así como el desarrollo de equipos adecuados para favorecer el uso de cultivos de cobertura en plantaciones de olivos con el objetivo de mejorar la biodiversidad y prevenir la erosión del suelo. También consideraron que deben medirse las variables ecológicas y socioeconómicas y establecerse la transferencia de conocimientos y las redes de campo para garantizar su promoción y mantenimiento.
También apostaron por establecer explotaciones experimentales y redes de campo para probar y monitorear el efecto de los principios agroecológicos orientados al control de plagas y enfermedades e incrementar el conocimiento de los agricultores y las partes interesadas sobre el uso de estos principios agroecológicos con el fin de sensibilizarlos sobre sus beneficios potenciales.
A su vez, defendieron la realización de ensayos de campo para probar agentes de biocontrol (BCA) de patógenos de olivo en diferentes áreas pedoclimáticas estableciendo una red de parcelas experimentales; la introducción del uso de big data e inteligencia artificial para ayudar en la toma de decisiones para la aplicación del tratamiento; y poner en marcha una colección local o regional de germoplasma del olivo y conocimiento para el manejo de las plagas y enfermedades.
En cuanto a las necesidades de investigación, los expertos se refirieron al efecto del cambio climático en las plagas y patógenos de olivos, al desarrollo de nuevos sistemas para el monitoreo de plagas y enfermedades, a la optimización de los cultivos de cobertura, a la cuantificación del efecto de los principios agroecológicos o infraestructura verde en el control de plagas y enfermedades y a la realización de ensayos de campo para probar agentes de biocontrol de patógenos de olivo bajo diferentes condiciones ambientales.
