En primer lugar, el CEO de Jesús Cuervas, Aceites y Derivados, Jesús Cuervas, centró su intervención en el mercado internacional de los aceites de oliva y destacó que se trata de un mercado global cada vez más transparente, motivado en gran parte por la disponibilidad inmediata de información en Internet y el aumento de tamaño de los operadores del sector.
Como estrategias para la venta en un mercado globalizado, Cuervas indicó que se debe tener visión internacional y no local, gestionar el aceite de oliva como un activo financiero y que España, especialmente, debe aprovechar la ventaja de ser el mayor productor de aceite de oliva del mundo.
Posteriormente, Ángel Moya, antiguo alumno del MBAO, auditor senior y responsable del área fiscal de Auditores Jaén, fue el encargado de exponer a los alumnos las cuestiones claves en la detección de fraudes financieros en las almazaras. Moya se refirió al riesgo de un mayor fraude económico en almazaras que tienen sección de crédito, desmedidas liquidaciones, apropiación indebida de empleados o trato desigual en el acceso a la financiación según el socio. Entre las medidas para combatir el fraude hizo mención al establecimiento de controles internos en la almazara y a la importancia de tener personal cualificado en materia financiera, entre otras.
Para concluir, el codirector del máster y consultor oleícola internacional, Juan Vilar, analizó la actualidad del sector y las tendencias futuras en cuanto a superficie, producción, precios y demanda. Vilar insistió en la importancia de buscar la eficiencia en todos los eslabones de la cadena de valor, empezando por el sector productor, tener una actitud proactiva y saber adaptarse a la actual situación de constante cambio.
En cuanto al consumo, habló sobre la crisis de demanda a la que se enfrenta el sector y la importancia de las actividades de promoción.
Respecto a los factores que están influyendo negativamente en el sector oleícola, Vilar apuntó la situación financiera provocada por el COVID-19, que provocará que la demanda se desplace hacia otras grasas con un precio inferior al aceite de oliva; la menor actividad de la restauración; los aranceles impuestos por Estados Unidos o la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
