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Las valonas de piedra seca para proteger los olivos, reconocidas por la FAO

Las valonas de piedra seca para proteger los olivos, reconocidas por la FAO

martes 27 de abril de 2021, 11:32h

La práctica de las valonas, construcciones de piedra seca para proteger los olivos en el Territorio Sénia, ha sido aceptada para su documentación en la Plataforma TECA (tecnologías y prácticas para pequeños productores agrícolas) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuyo objetivo es el intercambio de conocimientos e información para los pequeños productores agrícolas.

Según la información facilitada por la Mancomunidad Taula del Sénia, las valonas son construcciones de piedra seca que rodean el tronco de algunos árboles, en especial olivos pero también almendros y algarrobos, para protegerlos del viento. Además, benefician el crecimiento y el desarrollo de los olivos (protegen las raíces, evitan las varetas y conservan la humedad alrededor del árbol). Históricamente, han servido para aprovechar con su construcción la piedra extraída sobrante en los terrenos recuperados para el cultivo del olivar.

Este tipo de construcción abunda en la zona mediterránea de España, en especial en Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde es una de las piezas fundamentales del paisaje de olivos tradicionales y de secano, y alcanza su mayor expresión en el Territorio Sénia, donde se encuentra la mayor concentración de olivos milenarios o monumentales, que ha sido reconocido como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la FAO.

Los beneficios de las valonas pueden agruparse en varios apartados basados en la función que desarrollan: protección de los efectos de fuertes vientos, ayuda al crecimiento y desarrollo del árbol, retención del agua de lluvia y conservación de la humedad, ayuda a la biodiversidad y al control de plagas y aprovechamiento de la piedra extraída sobrante de los terrenos recuperados.

Las valonas utilizan la técnica constructiva de la piedra seca, que debe ser entendida como un recurso de adaptación al entorno, en la que se aprovechan los recursos existentes más cercanos. Dichas técnicas y conocimientos se han ido transmitiendo de generación en generación.

El principal material constructivo es la piedra y se trata de un tipo de construcción que no produce impacto en el paisaje y que aprovecha los recursos endógenos. Además, como se degrada muy lentamente, incluso puede reutilizarse sin crear residuos.